Cuando un norteamericano que haya aprendido un poco de español en la escuela viene a Puerto Rico y nos oye hablar, suele suplicar lo siguiente (añada el acento inglés): “Por favor, hablar más despacio. No entender”.

Es normal que el estadounidense piense que hablamos muy rápido porque, según un estudio realizado por la Universidad de Lyon, en Francia, el español es el segundo idioma con pronunciación más rápida del mundo, solo superado, con apenas dos centésimas de segundo, por el japonés. En otras palabras, en japonés se pronuncian 7.84 sílabas por segundo, mientras que en español son 7.82 sílabas por segundo. La diferencia es mucho más marcada, por ejemplo, si lo comparamos con el inglés, que, según el estudio, pronuncia 6.19 sílabas por segundo. En el caso del alemán y del chino mandarín, los resultados son aún más lentos: 5.97 y 5.18 sílabas por segundo, respectivamente.

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Ahora bien, hay que decir que este estudio, realizado en el 2011, solo observó 7 idiomas de los aproximadamente 7000 que existen en el planeta. Aun así, el resultado hace énfasis en el análisis de los idiomas más hablados en el mundo.

Lo otro que hay que tener presente es que no todos los idiomas condensan la misma cantidad de información en cada una de sus sílabas. El vietnamita, por ejemplo, es capaz de comunicar mucha información en un número reducido de sílabas; en contraste, el japonés y el español transmiten menos información en cada sílaba. Por lo tanto, aunque la cantidad de sílabas que el español puede pronunciar en un segundo es mayor que el vietnamita, requerimos de una mayor cantidad de palabras para comunicar exactamente el mismo mensaje. Algo parecido vemos en el inglés, cuyas palabras y oraciones suelen ser más cortas que el español para comunicar ideas similares.

Un texto en inglés suele tener 10% menos palabras y 25% menos sílabas que su traducción al español. Es por esta razón que el inglés resulta ser el idioma por excelencia de la publicidad, ya que se puede llevar un mensaje con una mayor economía de palabras, letras y sílabas.

Tomemos el ejemplo de la empresa Airbnb, cuyo slogan es “Belong Anywhere”, con cinco sílabas, 15 letras y dos palabras, mientras que en español es “Pertenece a cualquier lugar”, con nueve sílabas, 24 letras y cuatro palabras. ¿Te fijas? Podemos pronunciar las sílabas con mayor rapidez, pero necesitamos más palabras, letras y sílabas para decir exactamente lo mismo.

Según el lingüista François Pellegrino, aunque el inglés pronuncia menos sílabas por segundo, esta lengua transmite un 10% más de información por unidad de tiempo que el español. Esto explica por qué las personas de habla inglesa se suelen sentir abrumadas cuando nosotros hablamos español en nuestro ritmo acelerado.

Muchas veces he escuchado decir que el inglés es más fácil de aprender que el español. Los argumentos son que el inglés no requiere de tildes para marcar la acentuación de sus palabras y que las conjugaciones verbales son mucho más simples. Sin embargo, en contrapeso, recordemos el beneficio de que, salvo en muy pocas excepciones, la ortografía en español es bastante fonética, lo que significa que los términos se escriben tal cual se escuchan. En inglés hay muchas irregularidades y excepciones a las reglas, lo que complica la escritura de las palabras.

Existen otras diferencias interesantes entre los idiomas que veremos en futuras columnas. Por lo pronto, recuerda hablar más lento cuando te comuniques con personas que no dominan el español; les estarás haciendo un gran favor…