¿Existe el español neutro?
Toda persona que hable español tiene un acento que identifica la región de donde procede.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Los chilenos dicen que su acento es neutro. Los colombianos dicen que no, que son ellos los dueños del español neutro, sin acento. Lo mismo pasa con los de Ecuador. Hasta nosotros, los puertorriqueños, pensamos que no tenemos ninguna pronunciación particular.
¿Es eso posible?
La respuesta sencilla es… ¡no!
Ningún acento es neutro. Toda persona que hable español tiene un acento que identifica la región de donde procede. Sabrás si hablas con un mexicano, un colombiano, un cubano, un español, un argentino o un venezolano con solo escucharlo. Todos ellos sabrán que tú eres de Puerto Rico, por tu acento.
Si vas a trabajar a una emisora de televisión hispana en Estados Unidos, seguramente te dirán que están buscando personas que puedan hablar un español ‘neutro’ para que ninguna persona que vea la transmisión, no importa su lugar de origen, se sienta excluido. La realidad es que muchas de estas pronunciaciones ‘neutras’ suenan muy mexicanas. Si ves programas de Univisión o Telemundo, vas a notarlo. Sin duda, apelan a la mayoría de la población hispana de los Estados Unidos que son de origen mexicano. Lo mismo pasa con el doblaje de películas y telenovelas. No son neutras, es imposible.
Claro, que el español mexicano es más común en los estados contiguos a México, como Texas, California, Nuevo México y Arizona, aunque hay una gran presencia mexicana en otros estados también. Si vas a Miami, donde prácticamente solo se habla español, sentirás que estás en un suburbio de La Habana, Cuba. Los cubanos son más de la mitad de la población latina en esta ciudad, pero también hay una población venezolana y colombiana importante. En otras ciudades, como Nueva York, Filadelfia, Chicago y, más recientemente, Orlando, somos los boricuas los que dominamos la escena. En estados como Maryland, Virginia y Washington hay muchos salvadoreños que llegaron allí como refugiados. Y, claro está, también hay muchísimos dominicanos en Nueva York y Nueva Jersey. En total, hay casi 60 millones de hispanos en los Estados Unidos, lo que representa el 18% de toda la población (se espera que para el 2050, Estados Unidos sea el país con más hispanos en el mundo). En esa ensalada de personas que hablan español con sus pronunciaciones muy particulares, es casi imposible complacer a todo el mundo.
El reto más posible de resolver, aunque difícil, es lograr utilizar un vocabulario genérico, alejado de los regionalismos; es decir, un español que todo el mundo entienda. Parece fácil, pero no lo es.
Por ejemplo, si en una película doblada al español quieres hablar del ‘pop-corn’, va a ser difícil encontrar una palabra que todo hispanoparlante pueda comprender por igual. Algunos entenderán el clásico ‘palomitas de maíz’, pero para otros lo conocido sería ‘cotufas’, ‘crispetas’, ‘pochoclo’, ‘canchita’, ‘cabritas’ o ‘poporopo’. En Puerto Rico, simplemente, lo decimos en inglés: ‘pop-corn’. Así que buscar un término que todo el mundo entienda dentro de estas circunstancias, no es un paseo por el parque.
Por el contrario, está el problema del uso de una misma palabra que tiene diferentes significados entre países de habla hispana. Por ejemplo, una ‘guagua’ en el Caribe es un autobús, pero en Chile es un bebé. Un ‘tinto’ es para algunos un tipo de vino, pero para los colombianos se refiere a un café negro.
Así que, en resumen: el español neutro no existe y el vocabulario genérico entre todas las regiones hispanoparlantes del mundo es, sin duda, un reto mayor.
¡Que viva la diversidad!
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
En buen español
Tu idioma guarda miles de historias y secretos. En la columna descubrirás las fascinantes curiosidades que esconden nuestras palabras y expresiones.