Tenemos mucho que aprender de nuestros ancestros romanos.

Poetas, filósofos, políticos, oradores y escritores de aquel imperio de hace 2000 años se adentraron en las profundidades del pensamiento y, a través del poder de sus palabras, inmortalizaron sus ideas. Hoy, tenemos la suerte de tener acceso a innumerables textos que han perpetuado la sabiduría de estos personajes de antaño.

En la columna de hoy, quiero compartir contigo algunas de estas ideas que se expresaron en latín, esa lengua muerta de la cual surgió, entre otras, la nuestra: el español.

De seguro que has oído hablar de la expresión Carpe diem, que en español significa “Vive el momento”. Esta frase célebre es del poeta más importante de literatura latina antigua, Horacio. Te invita a valorar el presente, más que a lamentarte del pasado o preocuparte por el futuro. En la actualidad, está muy de moda el concepto del ‘mindfulness’, que es, en principio, lo mismo que decía Horacio hace dos milenios atrás, de enfocarte plenamente en lo que sientes y vives en el “aquí y ahora”. ¡Siente el momento!

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El gran filósofo romano, Séneca, decía aquello de que Homines, dum doncent discunt: “Los hombres aprenden mientras enseñan”. ¡Qué cierta esta afirmación! Aquí, contigo, a la vez que escribo esta columna, pienso y aprendo. Cuando compartes un conocimiento o una filosofía de vida con otra persona, haces un ejercicio de introspección y de pensamiento que te ayuda a entender tu existencia, a cuestionarte las ideas, a formar tu intelecto. Todos somos educadores… todos.

Cicerón, el famoso orador romano, tiene muchas frases acreditadas a él. Una de ellas, Contentus rebus quae possidemus tutissima atque optima est divitiarum, se traduce al español de la siguiente manera: “Estar contentos con lo que poseemos es la más segura y mejor de las riquezas”. En otras palabras, valora lo que tienes y no estés todo el tiempo anhelando tener más y más. Tus mayores posesiones son tus amigos, tu familia y tus seres queridos, no los bienes materiales que solo te pueden brindar una alegría pasajera. Valora lo que tienes y serás feliz.

Otra frase de Cicerón que nos invita a reflexionar dice Vita mortuorum in cordibus viventium (“La vida de los muertos está en el corazón de los vivos”). Esta idea te invita a reconocer que una persona nunca muere en la medida en que esté presente en tu memoria. Parte de la premisa de que la mente no sabe diferenciar entre lo que imagina y lo que ve. Si quieres traer a la vida a una persona que ya no está físicamente contigo, solo tienes que cerrar los ojos, concentrarte y revivirla en tu pensamiento. Allí estará ese ser querido, y lo sentirás tan vivo como si estuviera, en realidad, contigo. Experiméntalo.

La próxima es del emperador romano Marco Aurelio. Decía Quantum temporis salvatur non convertendo, quid proximus dicat, facit vel cogitat: “Cuánto tiempo ahorra el que no se da la vuelta para ver lo que su vecino dice, hace o piensa”. Esta va dirigida directamente a la yugular de los chismosos. ¿Cuántas personas dedican su vida a velar y juzgar al prójimo en vez de enfocarse en su propia vida y en ser mejores personas? Como dice la Biblia, “Vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro”. No pierdas tu tiempo viviendo la vida de los demás… ¡disfruta la tuya!

En resumen: vive el presente, aprende mientras enseñas, valora lo que tienes, revive a tus muertos en tu memoria y aprovecha tu tiempo con lo que realmente importa.

Aprende de la sabiduría romana…