El pasado 19 de marzo dio comienzo la primavera en el hemisferio norte del planeta.

La palabra ‘primavera’ significa “primer verdor”, en referencia a que es en esa estación del año que los árboles y las flores reverdecen luego de un largo y frío invierno.

Aunque ya haya llegado la estación primaveral, no hay duda de que el mundo se encuentra sumergido en un gris invierno a causa de la pandemia del coronavirus. Todos estamos encerrados, temerosos y preocupados. No queremos enfermarnos y nos preguntamos qué efectos tendrá esta situación extraordinaria en nuestra economía. ¿Qué nos depara el futuro? La incertidumbre nos produce ansiedad, frustración y miedo.

Sin embargo, pensemos que, al igual que sucede con las estaciones del año, el invierno pasará.

Así nos lo ha demostrado la historia, una y otra vez. Todas las plagas, las guerras, las dictaduras, los sufrimientos y las grandes penas tienen fecha de caducidad; y esto que estamos viviendo, no será la excepción. El mundo saldrá de este invierno y llegará la primavera, nuevamente, a nuestras vidas. Saldremos de esto.

Martin Luther King dijo en una ocasión: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.

Es fácil dejarse sucumbir por el pesimismo cuando las noticias que nos llegan día a día son negativas, y ese pesimismo nos puede llevar a la desesperanza y a darnos por vencidos. No podemos darnos ese lujo. Tal y como dijo Martin Luther King, hay que seguir sembrando a pesar de lo difícil que parezcan las circunstancias. El darse por vencido y dejar de luchar es la peor epidemia.

Lo bueno es que ya sabemos de qué está hecho este pueblo. Una y otra vez nos hemos levantado de los más profundos abismos. Salimos de la miseria de los años treinta y supimos reinventarnos en un país próspero e industrializado; nos levantamos luego de cada uno de los huracanes que nos han azotado en los pasados años.

Las preguntas que te debes hacer en medio de este nuevo reto histórico que nos ha tocado vivir es: ¿Cuál es el árbol que vas a plantar por ti, tu familia y Puerto Rico, hoy? ¿Qué puedes hacer desde tu casa, de forma remota, para asegurarnos de que llegue pronto la primavera?

La solución no es asumir una actitud derrotista y fatalista. Son estos pensamientos los que nos hunden más y atrasan la llegada de la primavera. La respuesta correcta reside en nuestra capacidad de formular soluciones a los problemas que enfrentamos. Un mundo mejor será posible si mantenemos una actitud de esperanza, coraje y acción. En otras palabras: rechaza lo negativo y abraza lo positivo…

A mí me encanta estudiar el lenguaje, porque en él encuentras tantas palabras y frases sabias que le dan sentido a la vida y a sus circunstancias. Por ejemplo, la palabra ‘resiliencia’, tan utilizada en tiempos recientes para hablar de nuestra capacidad de recuperarnos de los estragos del huracán María, viene de la resistencia que tienen ciertos materiales en poder doblarse sin romperse, para luego recuperar su estado original. La resiliencia es, por tanto, nuestra capacidad de no permitir que se rompa nuestro espíritu, por más que las circunstancias intenten doblarlo.

Por otro lado, los refranes, esas frases que nos decían las abuelas y que están llenas de tanta sabiduría, también nos hablan. Recuerdo que mi mamá, cuando me veía pasar por un mal momento, me repetía: “Tranquilo, Gabriel, que después de la tempestad, viene la calma”. Y así era, siempre.

La calma llegará.

El invierno pasará.