¿Eres de los que se comen las comas o, por el contrario, de los que las reparten a tutiplén porque piensan que es mejor que sobren a que falten?

Esto de las comas y cuándo usarlas puede causar cierto grado de ansiedad al momento de escribir. La realidad es que ya tenemos mucho de qué preocuparnos en estos días para añadir a la lista estos signos ortográficos, al parecer, tan insignificantes.

¿Son realmente insignificantes?

Bueno, en realidad no lo son. Una coma puede cambiar por completo el sentido de una oración y llegar a causar serios problemas.

Por ejemplo, en Navidad, un amigo me dijo: “Ven a casa a comer lechón”. Yo le pregunté: “¿Esa invitación es con coma o sin coma?”. Porque no es lo mismo “Ven a casa a comer lechón”, que “Ven a casa a comer, lechón”. La verdad es que no es muy educado que traten a uno como si fuera un porcino.

Hay un ejercicio, atribuido al escritor argentino Julio Cortázar, que muestra el impacto que puede tener una coma en una oración. En el ejemplo siguiente, según dónde coloques la coma, el sentido será totalmente opuesto. A ver, ¿dónde pondrías la coma?:

“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda”.

¿La pusiste después de la palabra ‘mujer’? De ese haber sido el caso, la oración es feminista.

¿La pusiste después de la palabra ‘tiene’? En ese contexto, la oración es machista.

¿Te das cuenta? Una coma lo puede cambiar todo.

Yo digo que hay dos pasos al momento de decidir si es necesario el uso de una coma o no.

Primer paso: Leer la oración en voz alta y escucharte. Si notas que durante tu lectura haces una pausa marcada y natural, es muy probable que en ese lugar vaya una coma. Es como guiar un carro estándar: el sonido que hace el motor te avisa que es momento de tirar el cambio. Lo mismo pasa con las oraciones: las pausas te advierten sobre la necesidad de una coma u otro signo de puntuación.

Segundo paso: Confirma lo que te dice tu oído con lo que establecen las normas ortográficas. La Real Academia Española, junto a los países miembros de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que incluye la Academia Puertorriqueña de la Lengua, publicaron en el año 2010 una versión actualizada de las normas de ortografía. En ella hay una sección completa, de más de 100 páginas, sobre el tema de los signos de puntuación. Es un excelente libro de referencia para aclarar dudas que puedan surgir mientras escribes un texto. Son muchas las reglas del uso de la coma, pero aquí te resumo las que considero más importantes:

1. Para separar elementos análogos de una serie (ej. La casa es linda, grande, cómoda y elegante).

2. Para separar elementos que tienen carácter incidental dentro de la oración. El sentido del enunciado no se pierde si se suprime la frase explicativa que va entre las comas (ej. San Juan, la capital, es una ciudad muy hermosa).

3. Para dar un mandato luego del nombre (ej. Juan, entra ahora mismo).

4. Para sustituir un verbo omitido (ej. Manuel era simpático; Pedro, antipático).

5. Justo antes de las conjunciones, como ‘pero’, que unen dos ideas en una misma oración (ej. Puedes usar mi cámara, pero ten mucho cuidado).

La coma es solo uno de muchos signos de puntuación que existen. En futuros artículos te hablaré de otros, como el punto y coma, los dos puntos, el paréntesis, las comillas y los puntos suspensivos…