Un tema escatológico
Resulta curioso que relacionemos el excremento con la buena suerte y el éxito, pero nosotros los humanos estamos llenos de sorpresas y contradicciones.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Hay temas prohibidos de los cuales nadie se atreve a hablar. Cosas que son tan naturales, a veces son consideradas como un tabú. Hoy me voy a lanzar a hablar de algo prohibido, pero lo haré con un fin puramente educativo y lingüístico, por supuesto.
Hablemos de caca.
Resulta curioso que relacionemos el excremento con la buena suerte y el éxito, pero nosotros los humanos estamos llenos de sorpresas y contradicciones.
Si caminas por la calle mirando las nubes y el bello atardecer, tal vez no percibas la gracia de un perrito que fue depositada minutos antes en medio de tu camino. Al pisarla, sentirás una gran frustración y coraje. Sin embargo, si a tu lado se encuentra alguien que te aprecia y quiere subirte la moral, te dirá lo siguiente: “No te preocupes, eso es señal de buena suerte”. Lo mismo pasará si, mientras disfrutas de una hermosa tarde en la plaza del pueblo, te cae una plasta de pájaro en la cabeza.
¿Pisar caca o recibirla en la cabeza es señal de buena suerte? ¿Cómo es posible?
Bueno, no todo es negativo cuando hablamos de estos desperdicios sólidos. Se sabe que el excremento tiene propiedades químicas que propician la vida. Por ejemplo, se usan como fertilizante en el sector agrícola. Además, se sabe que estos desechos han sido utilizados como combustible. Así que, para los optimistas, el pisar un excremento o recibirlo en la cabeza representa el combustible que fertiliza la vida y la llena de energía, vigor y suerte.
Algo similar ocurre, aún hoy día, en el mundo teatral para desear éxito en las funciones. Resulta que existe la costumbre de decir “mucha mierda” previo a llevar a escena una obra de teatro. El uso de esta expresión se remonta a la época en que el público, mayormente de clase adinerada, llegaba a los teatros en fabulosos carruajes halados por caballos. Estos equinos se quedaban a las afueras del establecimiento durante toda la función y solían descargar sus desperdicios a diestra y siniestra. Para los productores del espectáculo, mientras más excremento acumulado había a las afueras del teatro, más público había venido y más ganancias habían acumulado. Es decir, mientras más caca, más éxito. ¿Quién lo diría?
Otra frase relacionada con este apropiado tema es: “lo que viene es cañina de mono”. Es muy probable que la hayas escuchado como una expresión que hace referencia a que algo malo está por ocurrir. La palabra ‘cañiña’ está registrada en el ‘Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico’ como “excremento de algunos animales”. Se ha observado que los chimpancés suelen tirar sus propias heces fecales como método de defensa cuando se sienten enojados o frustrados. No hay duda de que ser la víctima de un lanzamiento como este no debe ser nada agradable, y por eso la frase es un presagio de que algo muy malo está por ocurrir.
Para culminar con broche de oro este artículo altamente escatológico, te voy a revelar el nombre de las señales que sueles ver a lo largo de las carreteras y que brindan información sobre el kilómetro y el hectómetro en que te encuentras: ‘mojón’. La relación entre las señales en la carretera y los excrementos no está del todo clara, pero tal vez tenga algo que ver que ambos suelen encontrarse a lo largo de las rutas, sobre todo las rurales, en donde muchos animales transitan.
Había que decirlo y lo dije.
Prometo no volver a tocar este tema, por algún tiempo…
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
En buen español
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