Un nuevo año es como un libro en blanco. Cada año que comienza tenemos 365 páginas adicionales para reescribir nuestra historia y enmendar los errores pasados. Páginas en blanco que nos darán la oportunidad  de arrancar de nuevo en cero y concretar muchos sueños inconclusos.

En estas semanas llevo un ajoro increíble tratando de poner al día muchas cosas que había pospuesto, por una razón u otra, y que ahora debo concluir antes de que termine el 2016.

Emocionalmente para mí es una carga importante comenzar un nuevo año en blanco. Sé que con esto me someto a una presión increíble,  pero les juro que me causa frustración y ansiedad si no lo hago. ¡Es un gran reto para mí!

Vivir con atrasos de cualquier tipo es horrible. Es como cargar un bloque. Por eso, antes que finalice el año, procuro siempre dejar en orden mis finanzas, mi vida, mi familia y mi trabajo. Una  vez que concluyo mi cometido, me siento realizada y en paz.  Y llena de esperanza y emoción, me dispongo a escribir las nuevas historias que me traerá la vida para el 2017.

Para cerrar un ciclo me organizo de tal manera que nada se me quede fuera. Papel en mano  anoto el orden de mis prioridades. A partir de aquí voy poco a poco completándolas. Las más difíciles muchas veces pueden  ser en el ámbito económico. En este caso, aprendí que si las cosas están malas, la  comunicación y la honestidad con los prestamistas es lo más importante. Aunque ser responsable con los pagos suele ser una de las mayores preocupaciones, no debemos perder la calma. Vivir un día a la vez nos ayudará a sobreponernos y a levantarnos con fe de que todo mejorará.

¿Cómo está mi vida, mi familia, nuestra salud? Pongamos nuestro caminar en una balanza y  analicemos hasta qué punto hemos fallado con nosotros mismos y en dónde debemos mejorar.  El cuestionarnos nos obliga a conocernos más y a la larga hace de nosotros una mejor persona. ¡Búscate y te encontrarás! En el caso de nuestra familia, con los que compartimos un proyecto de vida en común, y con quienes nos unen fuertes sentimientos de pertenencia y amor, debemos estar más que atentos al  compromiso personal que tenemos con cada uno de ellos para que no se pierdan las intensas relaciones de amor, reciprocidad y respeto.

Por último, pero no menos importante, está nuestra relación con el Creador. Si eres creyente como yo dedícate unos minutos para pensar cuándo fue la última vez que conversaste con Dios. ¿De qué hablaron? Muchas veces la falta de tiempo nos puede crear un profundo vacío existencial que solo Dios puede llenar.

Hoy es un buen día para repasar tus vivencias de este año, para decidir el camino que quieres tomar en los próximos 365 días de tu vida, para analizar qué cosas puedes mejorar. Hoy procura perdonar para que te perdonen, ama para ser amado.

Amiga mía, hoy es un gran día para escribir en el libro de la vida las últimas páginas en blanco del 2016. ¡Aprovéchalo!

¡Hasta la próxima!