Si traer hijos al mundo es un cambio de vida, dicen que ser abuelo es “otra cosa”. Unos lo describen como un amor especial y que no es la misma responsabilidad que cuando se es padre. Otros dicen que los nietos son para consentirlos.

No me extraña que el amor entre abuelos y nietos sea muy especial, tiene cierto grado de complicidad. ¿Pero qué hacemos cuando los abuelitos se sienten con el derecho absoluto de opinar en todo lo relacionado a nuestros hijos? Uy, hay que tener cuidado. Estas situaciones hay que tratarlas con mucha delicadeza para evitar chismes, y sobretodo que los niños se afecten. Antes de continuar, tengo que dejar claro que para mí los abuelos no tienen la obligación de cuidar a sus nietos, y si lo hacen, es un gran favor que hay que agradecer.

La comunicación es muy importante en todos los aspectos de la vida, y en la familia es vital. A veces los abuelos asumen el papel de padres, ya sea porque cuidan a los nietos o porque creen que los papas de los bebes no están haciendo bien su trabajo.

En mi casa siempre ha quedado claro que cada cual tiene su lugar, su importancia y sus límites. De esa manera llevamos la fiesta en paz.

Los abuelos que cuidan de los nietos tienen que establecer límites, tal y como lo hicieron en su rol de padres. De esa forma, te ayudan criando un niño saludable y con disciplina. De lo contrario, tenemos niños que hacen lo que les da la gana ya que entienden que está protegidos por una figura que a nivel de jerarquía están por encima de sus padres, que se supone son el tope del núcleo familiar.

Para una buena crianza se debe elaborar un plan, en el que mamá y papá le digan a los abuelos los pasos a seguir en la crianza del menor. Les corresponde a los abuelos aportar su experiencia, si consideran que tienen alguna mejor alternativa para alguna directriz, deben discutirla con los padres y no implementarla por su cuenta.

Por ejemplo, ¿cuántos padres no le han dicho a los abuelos que no les den café a los nenes? Muchos, estoy segura. Y en ocasiones ¿qué pasa? La abuelita dice: “pero si es un chispito, eso no le va a hacer nada”. Horror. Eso no se hace. Hay que respetar las reglas. Pero todo se tiene que establecer con mucha delicadeza y comunicación. Al fin y al cabo, como humanos, somos muy sensibles y por ahí dicen que la soga parte por lo más fino. Muy cierto.

Para mí el que mi suegra me cuide a mis niñas es un favor, no una obligación. Ella vivió su vida a nivel laboral y ahora lo que le corresponde es descansar, pero prefirió ayudarnos cuidando a nuestros dos tesoros.

Hay que ser agradecidos y pensar que los abuelos no tienen la obligación de cuidar a nuestros retoños. Y si lo hacen, nos comunicamos bien desde el principio para el beneficio común.

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