Ser madre es un cambio de vida
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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¡Saludos!
Hoy inicio una nueva aventura en mi vida profesional y personal con la creación de este blog, un espacio en el que, como reportera de primerahora.com, me estreno en este mundo de los blogueros. Como madre compartiré algunas de las experiencias que tengo con mis hijas, que son mi vida.
Desde niña escuché a mi madre decirme “deja que tú seas madre, entenderás muchas cosas”. Mientras crecía escuché tantas veces esa famosa frase: “ser madre te cambia la vida” y me cuestionaba por qué repiten tanto lo mismo los adultos, y hasta llegué a catalogar todo esto como un cliché.
Sin embargo, no fue hasta que me enteré que había un ser desarrollándose en mí que comprendí lo que aquel “cliché” significaba. Algo sucedió en mí. De repente, a mi madre, que siempre ha sido mi gran amor, la comencé a ver de otra forma, comprendí cada consejo que me daba, cada regaño y cada conversación que tenía conmigo, pero esta vez desde otra perspectiva. Realmente entonces podía entender el amor con el que me decía las cosas.
Comencé a ver que ciertamente la maternidad te cambiaba la vida. A tal punto que cambiaron hasta mis pasatiempos. Antes amaba ir de shopping, ahora, cuando lo hago, no escatimo en gastos para ellas pero para mí sí. Antes estaba pendiente de cuándo llegaba a las tiendas la mercancía más reciente para estar a la moda, ahora estoy monitoreando cuándo llegan a las salas de cine las películas infantiles. En el pasado leía y leía sobre técnicas de maquillaje para siempre estar exacta, no me permitía que el maquillaje no estuviera de acuerdo con la ocasión, era experta combinando colores, que si la sombra, el labial, el rubor. Todo tenía que quedar en perfecta armonía.
Ahora soy una dura combinando ropa para bebés, que si es cómoda, que si la tela pica, que si los zapatos son cómodos, etc.
Antes era muy selectiva con los olores, tenía tantos perfumes como hebillas de pelo para mis hijas, y era bien “piqui” o maniática con los olores, ahora, no importa el olor que sea, si es de mis hijas es divino y soy la más pro cambiando pañales. Era bien dormilona, ahora trato de saber lo que es dormir ocho horas sin interrupciones.
En fin, antes de ser madre, mis hermanas y madre no me llamaban Soraida, a veces me decían Sory, mi apodo, pero en el 90 por ciento de las ocasiones me decían Glamour, ya se imaginarán.
Mis gustos no han cambiado, sigo disfrutando de lo que siempre me ha gustado, cuando lo puedo hacer. Pero les confieso que amo ir a un salón de juegos y tirarme con mis hijas la cantidad de veces que ellas quieran por una pequeña chorrera, ir a un parque y correr con ellas sin parar, tirarme al piso a jugar y sobretodo mirarlas a los ojos y repetirles una y otra vez lo mucho que las amo y el gran complemento que son en mi vida.
Hoy sé que ser madre te cambia la vida, y que no es un cliché, que sólo se comprende cuando tienes este privilegio que Dios nos da.
Espero que en este espacio encuentren respuestas y hasta risas, y hagamos una familia en la que a través de la web nos conozcamos y compartamos esas cositas del día a día de nuestros hijos que hacen la diferencia en nuestras vidas.
Anímese a participar, sin duda, les prometo y les garantizo que la pasaremos súper bien.