Nos toca este año celebrar el tradicional Día de Acción de Gracias enfrascados en un momento histórico que de algún modo a todos nos ha afectado y nos ha apretado los botones. Podría sonar demasiado optimista dar gracias con el COVID-19, sin embargo, ganaríamos al hacer el intento y encontrar razones para virar la tortilla. Siempre hay motivos para agradecer, de hecho, cuando practicamos la gratitud precisamente en las situaciones que nos molestan, nos prueban o nos incomodan, es cuando estamos transformando la experiencia.

La gratitud sostiene nuestro estado de ánimo, además, sirve como antídoto a la tristeza. Agradecer siembra constantemente semillas de alegría y de satisfacción.

Cada reto, así como la pandemia, llega para recordarnos cuáles son las áreas que nos toca desarrollar o mejorar, acercarnos a nuestra divinidad y aplicar con diligencia herramientas que nos apoyen al desarrollo de nuestras fortalezas.

Cuando nos enfocamos en el bien que vivimos a diario podemos palpar de inmediato una vibración de contentura, satisfacción y bienestar en el cuerpo.

Comencemos siempre por lo más simple. Dar gracias por lo que pasamos por desapercibido especialmente cuando caemos en las rutinas diarias. Un ejercicio muy liberador es dar gracias, con sinceridad y sentirlo mientras lo hacemos, por todo lo que no nos gusta o nos asusta. Esto limpia el cristal con el que miramos los asuntos, ofreciéndonos una perspectiva más amplia y la opción es reconocer que todo es para bien, porque estamos todos aprendiendo.

Seamos pacientes en el proceso y este jueves, demos gracias. ¡Por todo!

Beneficios del agradecimiento:

1. Fortalece la autoestima

2. Mejora relaciones interpersonales

3. Disminuye el estrés

4. Evita la tristeza

5. Disminuye el egoísmo

6. Aumenta la alegría sostenible

7. Mejora el sueño

8. Fortalece la fuerza de voluntad