Hace un tiempo los coaches que están deseosos de ir por más y servidora, nos propusimos el reto de evitar diferenciar las situaciones, personas o cosas como “bueno” o “malo.” Un difícil hábito para emprender, pero muy reveladora tarea. Nos dimos cuenta de lo repetitivamente que miramos los asuntos con ese cristal. ¿Ayuda a nuestro ser señalar lo bueno y lo malo constantemente? ¿Tenemos la opción de mirar las cosas desde un punto de vista más comprensivo? Seguro que sí.

Todos tenemos días a los que les llamamos buenos y otros no tan buenos, preocupaciones y situaciones externas que nos afectan la productividad en nuestras labores y ánimo. Tenemos la opción, de despertar a la autenticidad del presente como único momento para sentirnos bien y satisfechos al ofrecer lo mejor de nosotros. Porque es el único momento que tenemos como oportunidad para ofrecerlo, de hecho, el futuro se crea desde las semillas que se siembren en el presente.

Cuando alguna duda o preocupación invada nuestro pensar, para evitar abrumarnos y que nos detenga, como técnica enfoquémonos en la acción que estemos logrando en ese instante. Al darle toda nuestra atención permitimos que lo que no sea parte de ese momento se disipe. Esto nos sirve a su vez, absorber lo que está sucediendo con más relajación, ayudándonos a comprender sin nominar con urgencia, esto es bueno o esto es malo.

A lo que le decimos malo, siempre existe la oportunidad de hacerlo mejor, de aprender y de transformarlo o transformarse. Así que comencemos a intercambias el malo por débil, y el bueno por saludable, tal vez el cambio de palabras nos sirva para sentir otra energía que generamos en nosotros mismos al evaluar, opinar sobre un tema, o nuestra propia vida.

Recordemos que solo tenemos control de nosotros mismos, seamos responsables con nuestros asuntos y todo lo demás caerá en su tiempo y espacio como debe de ser.

Alimentemos nuestra mente con frases motivadoras, seamos nuestros mejores amigos para que esos días que se nos presentan con retos dejémosle de llamarles días malos y los días que percibimos débiles, con un poco de esfuerzo pueden cambiar. Son una excelente prueba para mantenernos en confianza y continuar obrando desde nuestra mejor versión.

Sugerencias:

1. Evitar la procrastinación- Posposición significa: acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. ¡Cuidado con las distracciones!

2. Comunicación- La comunicación entre empleados o hacia clientes debe mantenerse en todo momento positiva. Es decir, cuando hacemos conversaciones casuales dentro de nuestra área laboral tengamos en cuenta decir frases positivas, evitar repetir malas noticias o entrar en diálogos de quejas.

3. Objetivos diarios: trazarse objetivos diarios es importante para dirigir la

energía del día. Un objetivo inicial puede ser, estar feliz con los compañeros de trabajo, servir de motivación y enfocar en las prioridades.

4. Evita medirlo todo como bueno o malo.