Empatía es mucho más que ponerse en el zapato o lugar del otro. La definición de empatía es “tener el genuino interés de sentir con exactitud y verdad lo que puede estar sintiendo la otra persona.” En esta, las palabras genuino e interés son claves. Cuando se siente empatía se llora cuando el otro llora y se ríe cuando el otro ríe porque se puede sentir la misma emoción. Se vive por un momento lo que siente la otra persona, logrando una conexión pura, que se podría dar hasta entre desconocidos. Quizás por no hacer costumbre el reconocer nuestros propios sentimientos o vivir sumergidos en nuestras rutinas y responsabilidades, no estamos acostumbrados. Sin embargo, no deben ser nuestras excusas más fuertes como para no intentarlo.

Lo que hace el ejercicio de intentarlo aún más interesante, es que este estado de compasión no se limite a las circunstancias fuertes o extremas de la vida como las pérdidas, los desastres naturales o enfermedades, sino en las situaciones diarias y más manejables también. Es decir: ¿Tenemos empatía en cuanto a cómo se siente alguien cuando no le contestamos sus llamadas, mensajes o textos? ¿Cuando damos nuestra palabra y nos fallamos no cumpliéndola?

Practiquemos escuchar con detenimiento, evitando el juicio y con apertura a las personas, todos necesitamos sentirnos comprendidos.

Sugerencias:

  • Miremos a los ojos al hablar o escuchar.
  • Conecta con el amor dentro de ti, y compártelo.
  • Escucha más de lo que hables.
  • Cuando escuches alguna mala noticia sobre alguien, siente lo que sentirías tú si te sucediera a ti.
  • Calma la mente respirando profundo.
  • Déjale saber al otro que estás para comprenderle.
  • Abraza, demuestra tu amor.
  • Cumple con tus promesas o palabra por más simple que sea.
  • Deja a un lado las excusas.