La Navidad
“Las diversas culturas nos enseñan hay matices en la tradición”.

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Esta semana una gran amiga que ha pasado por situaciones intensas de aquellas que no se les desea a nadie, me dijo que recientemente está practicando separar catorce horas a la semana para dedicarse a sí misma. Atender sus emociones, conectar con la naturaleza, hacer ejercicios y cuidar lo que piensa. ¿Parece difícil no? ¿Quién tiene tanto tiempo en sus manos? Serán las preguntas esperadas, precisamente porque no es una costumbre que usualmente se enseña. Estamos más dirigidos a llenarnos de responsabilidades, actividades, trabajo y distracciones que nos pueden alejar de uno mismo.
Guidada por su invitación, en estos días decidí aumentar el tiempo para la reflexión escrita, para orar y meditar, con especial atención a esta época, personalmente me llena más aceptar que estos días se tratan de mucho más que encontrar un buen coquito o un buen party.
Las diversas culturas nos enseñan hay matices en la tradición. Algunos no celebran la Navidad, otros sí y colocan al niño Jesús debajo del árbol no antes de las doce de la noche del 24 de diciembre. Otros asisten a las misas de aguinaldo y hay quienes le celebran sin usar una imagen. De igual modo, a otros les parece que se trata solo de una tradición de consumo.
Sin embargo, existe una diferencia entre el saber y el sentir. Es importante conocer la historia, estudiar con el fin de aprender, pero para elevar nuestra conciencia y crecer en sabiduría es imperativo reconocer que no todas las preguntas estarán contestadas y que el sentir nos ofrecerá mucha información, más profunda. Cuando se siente la presencia divina en uno, en otros y alrededor, cuando se vive la experiencia, las palabras sobran y son nuestras acciones que nos llevan en automático a ser mejores personas. Nos vemos transformados a amar más y juzgar menos, apreciar el silencio y evitar reacciones, aceptarnos con limitaciones como humanos que somos, y a dar. Entonces por naturaleza surge un propósito para celebrar algo más profundo que podría cambiar el sentido del intercambio de regalos.
Tengo la convicción de que, si nos damos el permiso de dejar de querer entender el amor y mejor, buscar vivirlo, de absorber las enseñanzas de Jesús como el maestro que es, y las que todos los caminos espirituales contienen en esencia, agradecer las bondades que recibimos a diario, estaremos sin duda celebrando con propósito.
Hice una pequeña encuesta, pregunté: ¿Qué significa para ti la llegada del niño Jesús en diciembre? La primera respuesta que me llegó fue un mensaje de voz, de alguien cantando una plena que dice:
“Con esta plena divina que canto a los reyes magos Jesús en mi corazón, llevo un pesebre en la mano, en el pulgar llevo la virgen, el meñique a San José y a los otros tres que quedan a los Reyes me encontré.”
Al escucharla, sentí. Agradecí el mensaje de voz, una plena y la alegría que
ofrece acercarnos a celebrar con propósito de amor y la llegada de Jesús. Cantemos nuestra alegría, gocemos de la Navidad y no olvides separar tiempo para encontrarte a ti y tus verdaderos propósitos.
Sugerencias:
1. Honra el tiempo para la reflexión consciente.
2. Separa tiempo para atenderte.
3. Sé agradecido por tu experiencia en dónde estás y cómo estás en el presente.
4. Medita en las enseñanzas del maestro Jesús y otros maestros.
5. Mantén la mente enfocada en la gratitud.
6. Haz prioridad dar de tu amor y tu tiempo a las personas.
Táyna Rivera Llavona es fundadora de Lo mejor de ti, lleva una década sirviendo a otros en su evolución personal y profesional; hacer transformaciones en sus vidas a través de la práctica seria del life coaching. Es Life Coach (CPC) (CRC) (CBEC), maestra en psicología positiva y maestra de yoga denominada Yoga Siromani en el 2004 en Sivananada Centre, Quebec. Ha llevado con éxito sus talleres y servicios corporativos a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico. Es autora de las novelas de ficción "14 días de Marisol", "SIETE: Una historia para tu alma" y su más reciente publicación de autoayuda, "Hacia la Victoria". Ofrece talleres a empresas, grupos y servicios individuales en su oficina en Guaynabo y telefónicamente para clientes fuera de Puerto Rico.
Lo mejor de ti con Táyna
Columna de autoconocimiento y evolución personal.


