“Entré por la puerta con un pero negativo, y un prejuicio, sin saber de qué se trataba el taller. Gracias por sus palabras, necesitaba escuchar cada una de ellas. Hoy comienzo un nuevo capítulo y una nueva vida.” (Cita de participante del taller Lo Mejor de Ti)

Y así nos pasa a todos, en numerosos momentos. Al conocer a alguien, al visitar un lugar que no hemos ido, al comenzar una relación, al escuchar sobre un tema nuevo, en el trabajo, con familiares y hasta con nosotros mismos. Miremos si tenemos un pero negativo o un prejuicio, que precisamente nos deja estacionados en el mismo lugar repitiendo las mismas historias, sin darnos la oportunidad de expandirnos y abrir los brazos a la vida, con menos temor, acercarnos así a la libertad, alegría y paz que queremos todos.

Desearíamos que la vida, o que alguien cambie para algo mejor. Que en el mundo no haya violencia, que la gente se trate bien, aunque no se conozca, que nos respetemos más y que haya paz y amor entre todos. ¿Es posible? ¿Cómo podemos vivir todo eso que se aspira? Son preguntas para la reflexión de cada uno.

Podemos comenzar por gobernar nuestra mente. Nos toca a nosotros elegir qué pensamos, para qué, y por cuánto tiempo. Sucede que antes de actuar ocurre un pensamiento que no necesariamente vemos o escuchamos con claridad, intentando gobernar nuestro estado de ánimo, decisiones y eventualmente las acciones. Por esta razón responsablemente nos debemos habituar a observar en qué pensamos que nos hace ser como somos. Si algo veo en común entre todos los participantes de las clases, talleres, retiros y coaching es que queremos sentir el amor, queremos ser saludables y felices. Aunque se sienta a veces muy difícil no he visto mejor salida que dar lo que queremos recibir y ser lo que desearíamos ser.

Si quieres que no sean hipócrita contigo, no seas hipócrita. Si quieres que confíen en ti, confía tú en ti y confía en los demás. Si quieres que no haya violencia, no seas violento, ni pienses en violencia. Si quieres que sean delicados contigo, sé delicado. Si quieres que te amen, demuestra tú el amor. Si quieres que la gente no se coma las luces, deja tú de comértela, si quieres que sean paciente y tolerante contigo y tus cosas, sé paciente y tolerante. Todos estos actos comienzan en la mente.

Está bien mirar nuestras sombras como, por ejemplo: la impaciencia, el control, la ira, y los prejuicios. Son los puntos ciegos que preferimos no ver porque nos encontraremos de frente con una parte de nosotros que no nos da orgullo ni alegría. Sin embargo, cuando le cambiamos la perspectiva y lo vemos como las sombras maestras que nos empujan a iluminarlas con luz, podremos hacer los cambios con compasión hacia nosotros mismos. ¡Mira tus sombras e inténtalo!

Sugerencias:

1. Observa tu pensamiento como si estuvieras viendo una película. Sin juicio, mira lo que piensas y ve cambiando lo que no te impulsa a ser tu mejor versión o a encontrar tu luz, tu bien.

2. Cada pensamiento de prejuicio, cámbialo inmediatamente a uno nuevo que sea basado en comprensión, amor y respeto.