¿Ya hicieron su limpieza navideña? Es costumbre que en invierno se pinten las casas, se arreglan los jardines y se deseche todo lo que no hace falta, o ya no se usa, para recibir con espacios abiertos, el año nuevo.

Como todo comienza desde adentro, empecemos la limpieza y transformación con nosotros mismos. Este ejercicio no sólo funciona para los asuntos materiales, sino que, si lo adaptamos en nuestras vidas como uno necesario para avanzar en nuestro carácter, hábitos o actitudes; nos podemos acercar a vivir en plenitud y desde nuestra mejor versión.

Lejos de criticar todo lo que pasa alrededor, o culpar a todo el mundo de nuestros problemas dejando de responsabilizarnos, veamos qué es lo que ya no funciona en nosotros mismos y tengamos la fuerza de voluntad y valentía para transformarlo.

Transformar es madurar, es evolucionar. Seguramente observarse a sí mismo podría resultar en un ejercicio pesado y hasta incómodo pues es natural que se nos haga difícil ver lo que no nos gusta de nosotros. Lo que señalamos en otros es precisamente una alarma para avisarnos de algo que hay en nosotros mismos que no hemos visto, o no hemos aceptado.

Seamos honestos al mirarnos, para poder crear lo que verdaderamente necesitamos. No podemos solos, buscar ayuda es importante. Si bien es cierto que mientras estemos vivos no seremos perfectos, tenemos la oportunidad diaria y constante de reinventarnos y evolucionar hacia nuestra mejor versión, felicidad y plenitud. Sí es posible, y comienza todo en uno mismo. Limpia tu casa, tu alma y tu mente en esta época para avanzar al nuevo año. ¡Adelante!