¿Cómo podemos reducir la ansiedad? ¿Cómo hacemos para poder aceptar y tolerar los asuntos que no podemos cambiar?

Son preguntas que, tal vez, nos estamos formulando frecuentemente en estos días. Comencemos juntos mirando el asunto desde nuestra perspectiva y posibilidad de comprensión y compasión.

Es muy lógico que sintamos ansiedad, situación como esta no nos había tocado vivir unidos, especialmente con la magna capacidad que tienen ahora las redes sociales, ya nada se puede esconder y todo se puede sentir más fuerte. Respiremos, también, mientras leemos este escrito.

¿Qué posibilidades tenemos? Debería ser la próxima pregunta, precisamente para ayudarnos a nosotros mismos a prevenir o salir de la ansiedad y entrar en la acción, nuestro presente.

Nos toca ir pa’ dentro, literalmente, y sin opción. Pero no solo físicamente hacia dentro de nuestros hogares -que de paso es sensato agradecer a diario que tenemos uno-, también nos toca regresar a nuestro interior y nuestra conexión interior con el amor y el Divino. O sea, volvernos a conocer.

El autoconocimiento es el camino que vinimos a recorrer, no solo empujados por crisis como éstas, y el que nos ayuda sobremanera en todos los ámbitos de nuestras vidas. Mientras nos distraemos constantemente con los mensajes que hay fuera de nosotros, como la educación, medios de comunicación, vidas personales, trabajos, responsabilidades, y pasatiempos, hay un ocurrir constante dentro de nosotros.

¿Sabemos quiénes somos más allá de conocer lo que nos gusta o no?

Cuando se hace trabajo interno desde niños, como por ejemplo a través de la práctica de la meditación, reconocimiento de nuestras emociones, reconocimiento y exaltación de nuestras virtudes y transformación de bloqueos o limitaciones, seguramente muchos de nuestros problemas sociales estarían resueltos. ¿Por qué? Porque al ir hacia adentro, clamar las fluctuaciones de la mente y consecuentemente, las emociones, nuestras reacciones adversas ante nosotros mismos, otros y situaciones serían menos reconociendo que la naturaleza de nuestro interno también es paz, es amor, es comprensión.

Para esto no hace falta certificarse en seminarios, hace falta tener fuerza de voluntad, cerrar los ojos y escuchar la respiración profunda, calmar los pensamientos y enfocarnos en el presente, mientras entra y sale el aire de uno. Con enfoque en el latir del corazón nos conectamos calmadamente con ese camino que debemos andar y donde están todas las respuestas o, por lo menos, las que nos toca conocer de nosotros mismos en este momento.

Practicarlo es fundamental para vivir los resultados y cuando se hace práctica de vida, aún en momentos donde todo aparenta estar bien, querremos sacar tiempo para ir adentro. ¡En cuarentena conócete!

Sugerencias:

• Hagamos la práctica regular de sentarnos en silencio a escuchar nuestro respirar.

• Intentemos honrar la voz interna que siempre está para hablarnos.

• Busquemos refuerzo para desarrollar el andar de nuestro camino interno: ayuda, caminos espirituales, lecturas, grupos.

• Trabajemos con comprensión los hábitos o formas de pensar que no nos aportan bienestar.

• Para ser feliz da #lomejordeti.