Ayer comenzó una de las estaciones más hermosos del año, cuando la naturaleza se pinta de colores, empieza a sentirse el calorcito, y el aroma de las flores en el ambiente. Es bello ver los brotes, las alfombras amarillas y rosadas debajo de los árboles, qué regalo poder verlo y vivirlo. La naturaleza ya soltó las hojas secas, se reanudó. La energía vibra diferente pues ha terminado el invierno. En el que nos preparamos en limpieza para dejar nacer en primavera algo nuevo de nosotros. Es tiempo de florecimiento, renacimiento y expansión. Pero… ¿Qué florecemos? ¿Qué expandimos?

Esa decisión es personal, sin embargo, este es el mejor momento para enfocarnos en compartir el resultado del trabajo hecho en el invierno.

Es tiempo para aprovechar la secreción de endorfinas que se acelera en primavera, para multiplicar el entusiasmo como empuje y vigorosamente crear logros. Esta riqueza se consigue primero asegurándonos que la limpieza del invierno está completa, que nos permitamos compartir nuestra pureza y mejores atributos sin temor a ser dañados, así como salen las flores sin condiciones.

¿Renacer qué? A la nueva versión que florece luego del proceso interno que inevitablemente hacemos en el frío invierno. Así como se limpia la tierra antes de lanzar la semilla, así mismo debemos hacer con nuestras emociones, mente y alma.

Limpiemos pues: resentimientos, asuntos no resueltos, frustraciones, mensajes negativos que la mente envía, que en realidad no nos pertenecen. Limpiemos la conciencia estudiando, aprendiendo, meditando, atendiendo el autoconocimiento, abrazando los errores, aprendiendo de ellos, en fin, aclaremos el camino para continuar.

¿Florecer qué? Nuestra alegría innata, e inocencia. Igual a los árboles cuando se abren y lucen su belleza sin competencia, seamos, día a día sin competir con nadie, evitando compararnos con otros. Dejar florecer nuestra pureza y origen amoroso, amable. Esto nos devuelve jovialidad, certeza, armonía y alegrías para compartir.

¿Renacer qué? Renazcamos hacia un nuevo pensamiento. El trabajo al que más se le debe de dedicar es al de escoger los pensamientos que sembramos en nuestra cabeza. ¿Son pesados? ¿Son de alarma? ¿Son maquiavélicos? ¿Son falsos? ¿Son de paz? ¿Son de esperanza? ¿Siembras felicidad en tu mente cuando piensas?

La Naturaleza nos regala a través de cada ciclo oportunidades y energía para armonizarnos y balancearnos en nuestro centro interior. Si nos abrimos a fluir con ella en esta primavera encontraremos nuevas formas creativas para manifestar nuestras ideas y llevar adelante nuestros proyectos de vida, porque la energía brota del interior hacia el exterior. En este tiempo se está estimulado el crecimiento hacia lo nuevo, aunque sea dentro de las mismas circunstancias, o las mismas relaciones.

Aprovecha esta etapa para crear, confiar y dejar brillar esa potente luz que eres.

Sugerencias:

1. Agradece los nuevos colores y a la naturaleza despierta.

2. Limpia lo que queda en tu interior y libérate.

3. Conecta con la energía renovada que trae la primavera a través de la meditación.

4. Come alimentos frescos en primavera.

5. Aclara la mente para que podamos apreciar las alegrías que trae el día.

6. Crea tu realidad, no se lo dejemos a otros.

7. Comparte el amor siempre presente, siempre disponible