De las verdades que más comparto y que he podido confirmar en los talleres que he ofrecido, coaching personal, además de las clases de yoga, es que a todos somos seres emocionales. Sin embargo, no necesariamente estamos educados para acceder a esa área de nuestro ser y manejarla a favor de nuestra evolución. Lo que nos lleva a la necesidad de conscientemente hacer una tarea de comprensión en nuestras relaciones interpersonales y afinar nuestra comunicación. Sirve la tolerancia cuando compasión es una palabra muy grande. Todos sufrimos pérdidas, todos queremos amar y sentirnos amados, todos tenemos sueños, todos tenemos frustraciones, todos celebramos las alegrías y las sentimos.

En el instinto de nuestro ser, no pensamos, sentimos. Con el tiempo, desde la industrialización nos hemos esforzado en domarlas, en encerrarlas dentro de patrones de vida ordenados y represivos. Acostumbrándonos a resignarnos o revelarnos. Ahora vivimos en un mundo que no se detiene y nos abate sin saber bien quiénes somos y con qué propósito estar aquí, luchar y ser felices. ¿Cuál es la meta? ¿Hay un nirvana esperándonos? ¿Nos ganamos algo si hacemos la tarea de ser mejores y evolucionar? Pues no. ¡Pero qué mejor resultado que simplemente ser! Estar satisfechos con nosotros mismos por darnos el permiso de dar lo mejor y acercarnos a vivir en armonía y felicidad.

Para ir viviendo el proceso es clave trabajar en nuevos hábitos y habilidades que nos permitan navegar con inteligencia emocional por los caminos erráticos de nuestras vidas. Las emociones son la puerta a nuestra conciencia, cuando las comprendemos realmente. Asimismo, las emociones que lo impiden o lo limitan como el dolor, coraje o resentimiento, es importante observarlas para limpiar el camino.

Una de esas técnicas -y créanme que funciona- es la comunicación reflectiva o reflective communication. Esta nos empuja armoniosamente no sólo a reconocer nuestras emociones y expresarlas libremente en respeto y verdad sino conectarnos con las de los otros añadiendo sincera empatía y conexión. Se trata, y aunque parece ser un gran reto, de escuchar con detenimiento al otro como una de las herramientas más eficaces. Palabra por palabra.

Al integrar prejuicios en el proceso de la comunicación escuchamos mal a los demás y esto impide resolver el malentendido, y más aún precede una espiral de otros conflictos que pueden surgir desde ahí. La comunicación reflectiva está basada en la empatía y el respeto. No hace falta que se forme un problema para utilizar este método. Sólo pretendemos trasmitir al otro la bondad y darle la oportunidad de expresar sus sentimientos cómodamente.

Para escuchar de manera atenta a otra persona nuestro lenguaje corporal debe ser relajado y conveniente:

• Manos descruzadas

• Mirada relajada y firme

• Distancia física prudente entre las personas

• Silencio con atención al otro

Al final es importante reflejar objetivamente lo que hemos escuchado, tanto los sentimientos de la persona como su razón, por ejemplo:

“Entiendo que me estás comunicando que...”, y así sucesivamente dentro de la conversación. De esta manera, estamos reflejando a la otra persona exactamente lo que dijo y cómo se siente como si se mirara en un gran espejo relajando la emoción al impartir empatía ante sus quejas o sentimientos. De la misma manera conviene preguntar a menudo cómo se siente la otra persona con especial atención de realmente querer saber. Solo practicándolo podremos vivir nuevos y mejores resultados en nuestras comunicaciones.

Todos necesitamos ser comprendidos y queridos, para eso hay que expresarnos y comprender a su vez a los demás. Aprovechemos el empuje que nos da el Universo en estos tiempos que nos obligan a comprender nuestras emociones para lograr mejores relaciones entre todos. ¡Inténtalo!

Sugerencias:

1. Practica la técnica en ocasiones que no haya conflicto como práctica

2. Sé honesto al expresar las emociones

3. Intenta no guardar las emociones, comunícalas

4. Usa la herramienta de comunicación reflectiva cuando hay un malentendido

5. Concluye toda comunicación con un abrazo o una sonrisa o gratitud

6. Confía en el proceso si no ves resultados inmediatos

7. Respira profundamente durante tus comunicaciones emocionales

8. Evita las exageraciones

9. Agradece el proceso y el esfuerzo de los demás

10. Sé feliz da Lo Mejor de Ti.