Hace días tuve la oportunidad de ver el vídeo que se fue viral, de la joven de treinta años que con su salud comprometida participó en uno de los espectáculos televisivos de búsqueda de talentos más visto. Ella celebraba que tenía dos por ciento de vida porque es mejor que tener cero. Después compartir su hermosa voz en una impresionante interpretación de una canción escrita por ella, luego de los aplausos y la ovación compartió con dulzura, candidez y asombroso asertividad que, “no se puede esperar a que la vida deje de ser difícil para decidir ser feliz.”

Llevo años trabajando entre otras cosas, en ofrecer el mismo mensaje. Llevo tiempo, que no tendrá fin, en aplicármelo a diario y hacer grandes esfuerzos en fijarme en lo positivo de cada persona y de cada situación. Aun así, escucharla tuvo el efecto que tiene un buen maestro cuando imparte su sabiduría de forma tal que no será olvidada. ¿Por qué se nos olvida ser feliz y necesitamos recordarlo? ¿Por qué nos complicamos en lo que parece ser sencillo?

Esperar a que la vida deje de ser difícil, es un planteamiento que nos invita a cada uno en nuestra individualidad a observar, ¿qué es difícil? Lo que es difícil para uno, es posible que no lo sea para otra persona. Lo cierto es que el intento a la felicidad sí debe de ser constante, porque sencillamente no tenemos garantía sobre el día de mañana. Algunos piensan que ser feliz es una decisión constante, otros que se crea con cada acción que tomamos, y también con los pensamientos y emociones que nos permitimos. Entiendo que en todas las anteriores existe la oportunidad de acercarnos a ello, a sentir que a pesar de todo lo que no anda bien, según nuestra experiencia, podemos sentir la satisfacción, alegría y gratitud de estar aquí, vivos. Basta con intentarlo, no en momentos duros, sino desde que despertamos a diario. No en momentos de placer, sino en todo momento, en nuestra rutina diaria. Seamos felices al lavarnos los dientes, encontremos felicidad en sacar la basura, sonriamos genuinamente al transportarnos de un lado a otro, al ayudar a nuestros hijos a estudiar, al cuidar a nuestros familiares enfermos, al estar cansados, al estar contentos, al cocinar, fregar, lavar ropa o trabajar, seamos felices en soledad y acompañados, en días lluviosos y soleados, en el tráfico y de vacaciones, con mascarilla o sin ella, felices sin enjuiciar a otros y sin críticas. Seamos felices, porque para todos, la vida es pasajera.

Sugerencias:

-Escoge tus pensamientos.

-No sufras por lo que no está en tu control.

-Vive en gratitud.

-Transforma lo que necesites de forma amorosa y en paz.

-Evita emociones adversas como el coraje, la ira y la envidia.

-Respira profundo en todo momento.

-Valora la vida momento a momento.

-Perdona.

-Busca ayuda de ser necesario.

-Da #lomejordetipr