Ese día fueron necesarios esfuerzos extraordinarios para poder comenzarlo positivamente. Esos son precisamente los momentos que nos avisan si estamos distraídos o si estamos listos para poner en acción todo lo aprendido.

Las pasadas semanas se habían sentido intensas, las emociones estaban desbalanceadas, y como dice el dicho: Estaba “lloviendo sobre mojado.” Me repetía: Cuanto más agradezco, más me fortalezco. Y así hice.

Definitivamente la respiración profunda ayudó, dar gracias por todo en voz alta y con intención, además de aumentar el tiempo en la rutina de meditaciones mañaneras. Sin embargo, la paciencia y la fe estaban retadas. Como a todos nos pasa, hay pérdidas que no se avisan, hay situaciones que no esperamos, que nos sacuden el presente, siempre por alguna razón que con el tiempo comprenderemos. Pero mientras eso pasa, hay que ir hacia dentro.

¿Qué es ir adentro? Es volver a escucharnos, a cuidarnos, a conversar con nuestra conciencia, es regresar a nuestra esencia. La evolución personal es un proceso de toda la vida. Un plan a corto y largo plazo en el cual hay que ir trabajando continuamente, momento a momento.

En la medida en que le prestamos atención a nuestras acciones, decisiones, palabras, emociones y pensamientos, estamos dando pasitos hacia nuestro interior, para iluminar lo que parece estar oscuro.

La vida me vuelve a recordar que cada quién (y me incluyo) está donde está, siendo desde lo que es, y dando lo que quiere y puede. Se hizo imperativo regresar a mí, reestructurando, recordando el camino recorrido, más consciente. Cada día trae su afán, lo importante es no caer en la constante insatisfacción que nos aleja del bien que somos. Por el contrario, debemos pasar por los momentos difíciles en esperanza y gratitud. ¡Inténtalo!

Sugerencias:

1. Ser honesto con uno mismo: Presta atención a cuáles son tus preocupaciones y qué las causan. Observa qué pensamientos te hacen sentir bien. Escucha a tus sentimientos y pregúntate porque sientes lo que sientes. Así podrás ver si las razones son reales o si son asuntos internos que merecen trabajarse para crear tu mejor versión.

2. Buscar para entender, no para juzgar: De nosotros depende como elijamos considerar nuestras experiencias, las ajenas son responsabilidad de quien las vive.

3. Fomentar la armonía: Si logramos armonizar tus pensamientos, palabras, acciones, estaremos haciendo un cambio notable en tu vida para alcanzar tus metas y compartirlas con quienes te rodean.

4. Mantener la motivación: Utilicemos refuerzos que nos impulsen a dar lo mejor en el proceso. Lo que te hace sentir decaído, elimínalo.

5. Practicar la tolerancia: Entendamos las diferentes necesidades que nos impulsan; cada persona es única, con diferentes talentos, limitaciones y habilidades.