Coach Naomie
“Verla significó activar todos los puntos del cuerpo donde se cocina un maravilloso junte de júbilo, fe y esperanza. Escucharla fue pura magia”.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Encendió la cámara de su teléfono por primera vez en seis meses para ofrecer su presentación final. Del otro lado de la pantalla, los 42 estudiantes restantes quedamos perplejos y con el corazón dando saltos. De inmediato se asomó una alegría colectiva que nos abrazó fuerte y nos impulsó a aplaudir, a ponernos de pie ante Naomie, la compañera más jovencita de la clase mediante la cual cada uno de nosotros obtuvo la certificación de Coach Profesional.
El curso -en el International Coaching Institute de Puerto Rico- duró un semestre. Fue ofrecido en la modalidad virtual, permitiendo que participaran estudiantes desde los Estados Unidos y nosotros, los boricuas residentes acá, desde todas partes de la Isla. No hubo frialdad alguna en la herramienta que utilizamos para conectarnos. Al contrario, nos sentíamos tan cercanos como en un salón de clases. Era un grupo heterogéneo. Adultos jóvenes, adultos maduritos, sicólogos, maestros, deportistas, comunicadores... de todas las profesiones habidas y por haber, y en una misma misión.
Naomie mantuvo siempre su cámara apagada. Pensé que tenía problemas con el internet o con la señal, porque en esos aparatos a veces hay que cancelar una función para maximizar la otra. O sea, mejor tener sonido que visual. O al revés. Intuí que era super jovencita porque su voz tiene esa calidez y frescura típicas de esa edad. En cada clase su saludo a los profesores y compañeros siempre estuvo salpicado de una formalidad encantadora y sus comentarios y preguntas de una madurez impresionante y una genialidad única.
Entonces se iluminó su pantalla. Y allí estaba la hoy coach profesional Naomie Cordero Rodríguez, lista para compartir su presentación final desde la silla de ruedas que la acompaña desde que nació con la condición de perlesía cerebral. Espléndida, maravillosa, con una sonrisa que parece infinita. Inevitable para nosotros celebrar a esa jovencita de 18 años junto a quien vivimos la experiencia de educarnos para alcanzar nuestra meta. Emocionante escucharla, impactante disfrutarla.
Verla significó activar todos los puntos del cuerpo donde se cocina un maravilloso junte de júbilo, fe y esperanza. Escucharla fue pura magia. Naomie recién se graduó con excelencia académica de su cuarto año de escuela superior, es portavoz de la comunidad con diversidad funcional de Puerto Rico y ahora acaba de convertirse en una coach que acompañará a sus clientes a vivir un proceso de evolución personal y profesional. Y está clarísima.
“A los 15 meses fui diagnosticada con perlesía cerebral con daños en el área motora… Pesé tres libras y los médicos daban pocas esperanzas de vida. Ya han pasado 18 años y hoy me encuentro frente a ustedes demostrando que no hay límites. Esta condición me impide caminar y realizar tareas cotidianas, pero no ha representado un factor limitante para mí. Al contrario, me ha enseñado a no rendirme y a vivir con propósito”.
Ya les dije, Naomie está clara, más clarísima que muchos de nosotros. Ahora, como coach certificada, se encamina hacia un futuro plagado de esperanza y éxito. “Quiero compartir mis conocimientos con los que me rodean. Continuaré perfeccionando mis destrezas a través de prácticas. Seguiré compartiendo mi experiencia y motivando a otros… Quiero ser agente de cambio”.
Les aseguro a todos que así será. ¡Feliz Navidad, coach Naomie! ¡Brava!
Sesentona y puertorriqueña, esposa, madre de cuatro, abuela pandemial, profesional de las Relaciones Públicas, bloguera, colaboradora de televisión, opinionada, pizpireta y autora de TiTantos. Seguida por miles de mujeres que se ven reflejadas en sus columnas, escritas con un estilo liviano, divertido, lanzado y hasta dramático, y basadas en la cotidianidad de la vida de una mujer.
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Todo lo que vivimos, sentimos y opinamos las mujeres de titantos años....desde la locura de mi vida hasta la locura de la tuya