Nuestro país, como el mundo, tiene grandes retos para mantener la sustentabilidad y competitividad. Los desastres naturales, la crisis financiera y, más recientemente, la pandemia, han provocado grandes trastornos en nuestra economía y en nuestra forma de vida. A esto se le añade la aceleración tecnológica, de tensiones geopolíticas, tensiones sociales y el cambio climático. Estas situaciones junto a las disrupciones de la llamada industria 4.0, han tenido y tendrán consecuencias en la manera en que trabajamos y desarrollamos las empresas y organizaciones. Sin embargo, ante estos retos vemos cómo la innovación y el espíritu empresarial han sido impulsores de crecimiento económico alrededor del mundo.

Según el World Economic Forum, la mayoría de los empleos de los próximos 3 a 5 años, no existían hace una década. Además, se necesitan una serie de habilidades y destrezas que crean capacidades dinámicas en equipos de trabajo y organizaciones necesarias para desarrollar y mantener su continuidad y competitividad. Es por ello que las universidades enfrentan también estos retos y tienen la necesidad de crear nuevas carreras y currículos, enfatizando las competencias a través de metodologías de enseñanza de aprendizaje activo. En los pasados años, universidades alrededor del mundo se han enfocado en desarrollar metodologías para fomentar destrezas, incluyendo una mentalidad emprendedora entre sus estudiantes.

Cuando los estudiantes desarrollan una mentalidad emprendedora aprenden a reconocer de manera habitual e intuitiva nuevas oportunidades, creando a su vez valor dentro de una organización. Este valor podría ser el desarrollo de nuevos productos o estar relacionado con la mejora continua, vital para desarrollar las capacidades dinámicas de una organización. Esta mentalidad permite a los estudiantes estar mejor preparados para ingresar a la fuerza laboral y resolver los complejos desafíos que nos esperan en el futuro.

Una universidad con una orientación de emprendimiento en su currículo y en su ecosistema, permite que los estudiantes puedan utilizar el conocimiento y las competencias adquiridas de cuatro formas: para iniciar un nuevo negocio, aportar valor a su organización, abordar los principales desafíos sociales y mejorar su vida personal.

En la Universidad Ana G. Méndez (UAGM), hemos invertido tiempo y recursos en el desarrollo de un nuevo currículo basado en competencias, una integración curricular a través de recintos y centros universitarios, un enfoque interdisciplinario, mayor énfasis en la investigación y un eslabonamiento de todo el ecosistema empresarial.

A través del ciclo de vida de una organización, hemos desarrollado iniciativas como el Food & Thinking Lab (investigación y desarrollo para gastronomía), Startup.pr (preaceleración y aceleración de tecnología), Kingbird Innovation Center (incubadora de negocios), SBA Women’s Business Center (apoyo a la mujer empresarial), Puerto Rico Energy Center (PREC), entre otras. Esto, junto a potentes escuelas como la Escuela de Negocios, Escuela de Ingeniería, Escuela de Turismo, Hospitalidad y Artes Culinarias, Escuela de Ciencias y Tecnología, entre otras, han dado como resultado egresados con las competencias para mantener un país próspero y altamente competitivo.

La UAGM tiene una gran variedad de servicios de apoyo, ofrecimientos académicos y modalidades de estudios. Llama al 787-764-2495 para información o conéctate a uagmnow.com.

El autor es decano de la División de Negocios, Turismo y Emprendimiento de la Universidad Ana G. Méndez.