El ponceño Allans Colón llegó bien temprano el pasado jueves al coliseo Ismael Chavalillo Delgado de Aguada, incluso, tres horas antes de que comenzara la práctica del quinteto.

Hacía dos años que no entraba a ese recinto un día que no hubiese partido y mucho menos vistiendo una camisa de los Santeros.

Era la primera práctica de Colón con el equipo de Aguada desde el 2016, luego que la gerencia anunciara su firma como el nuevo mentor del quinteto tras la renuncia del piloto de la selección nacional Eddie Casiano.

Atrás dejaba un equipo de los Cariduros de Fajardo que, bajo el mando de Colón, no vislumbraba problemas para ser uno de los seis quintetos en asegurar un pase a la postemporada.

“Son sentimientos bien encontrados. Por un lado, dejas a un equipo (Fajardo) que jocosamente digo que, seis años atrás, hubiese sido campeón invicto, porque prácticamente la selección nacional está ahí. Pero todavía son jugadores que pueden ganar el campeonato. Entonces, el reto era dejar un equipo prácticamente clasificado para venir a dirigir a uno que necesitaba ganar por lo menos tres juegos para asegurar su pase”, sostuvo Colón, quien agradeció al propietario de los Cariduros, Carlos Arroyo y al apoderado Felo Rivera por la oportunidad de conducir los destinos de su quinteto por los pasados dos años.

Colón no perdió mucho tiempo para ponerse a trabajar tan pronto llegó a Aguada. Primero, se reunió con la gerencia del equipo para ultimar detalles de su regreso y compartir impresiones sobre las expectativas de ambas partes. Luego, se reunió brevemente con Fernando Toro, quien dirigió de forma interina a los Santeros en el importante triunfo la noche antes en Quebradillas y con quien cuenta para que continúe a su lado en la dirección del equipo.

Acto seguido, compartió impresiones con Gilberto Clavel, uno de los primeros jugadores en llegar al coliseo para la práctica y contestó preguntas de la radio, antes de reunirse con toda la plantilla del equipo.

“No es mucho lo que hay que decirles, solo transmitirles la urgencia que tenemos de ganar esos partidos y asegurar la clasificación”, destacó.

Colón, cuyo hermano Wilhelmus Caanen también dirige a los Leones de Ponce, dirigió a los Santeros en su regreso al Baloncesto Superior Nacional para la temporada del 2016. Sin embargo, se trataba de un proyecto que inició en el 2014 cuando todavía figuraban como los Maratonistas de Coamo. 

El reconocido técnico fue fundamental en el reclutamiento y confección de la juvenil plantilla que, al moverse a Aguada, se clasificó a la semifinal en su primera temporada. Sin embargo, diferencias en las condiciones para renegociar su nuevo contrato hicieron que Colón saliera de Aguada, hasta que se concreta su regreso.

“Llego a Aguada a darle seguimiento a algo que empezamos en Coamo, que seguimos aquí en Aguada y que Eddie y Omar González lo continuaron de forma excelente en los últimos dos años”, contó Colón.

“El plantel yo lo conozco muy bien. Quizás hay uno o dos jugadores que yo no traje, pero los demás estuvieron conmigo en el último año. Los traje porque son jugadores que saben jugar como yo dirijo. Pueden correr, pero también pueden jugar a mitad de cancha. Sabrán defender y tienen la energía para mantener ese nivel los 40 minutos. Sé lo que pueden dar y sé que tienen el equipo para lograrlo” sentenció.