Cuando José “Piculín” Ortiz llegue en agosto próximo a Pekín, China, para finalmente ser exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), se encontrará allí con dos ex baloncelistas a quienes conoce muy bien, aunque con opiniones muy distintas de cada uno de ellos.

Ortiz será inmortalizado en el baloncesto mundial junto con la ex estrella de la NBA, Alonzo Mourning y el también destacado jugador argentino Fabricio Oberto, además de otras ocho figuras de ese deporte.

Sin embargo, el recuerdo que Ortiz tiene del canastero estadounidense no es el mejor. 

“De la forma que conocí a Mourning no fue la más agradable”, aceptó Ortiz.

Ambos protagonizaron una trifulca en 1990, en medio de un partido entre Puerto Rico y Estados Unidos durante los desaparecidos Juegos de la Buena Voluntad (Goodwill Games), que ese año se celebraron en Seattle.

Con la pizarra 32-29 y 8:11 por jugar en la primera mitad, Ortiz cayó al suelo junto con Mark Randall, mientras Mourning, quien en aquel momento aun era un canastero colegial, completaba una tirada libre. 

“Acostado, empujé con los pies para tomar impulso y él (Mourning) entendió que yo le había tirado una patada”, narró Ortiz, quien indicó que Mourning le profirió palabras censurables. 

De inmediato, Ortiz lo confrontó y se fueron a las manos, lo que provocó que los bancos se vaciaran y ambos jugadores fueron expulsados.

“Son situaciones que en la cancha se dan, pero allí no estamos para faltarle el respeto ni a los compañeros ni al equipo contrario. Yo entendí que, si esa era la forma en que Alonzo Mourning tenía que conocerme, pues era dándome a respetar por ponerme un nombre que no debía”, sostuvo el ex astro de la selección nacional.

Estados Unidos se alzó finalmente con la victoria, 100-94 y con la medalla de plata en ese evento, que fue dominado por la entonces poderosa escuadra de Yugoslavia. Los boricuas finalizaron sextos con marca de 2-3.

Ortiz nunca tuvo oportunidad de conversar con Mourning sobre ese incidente. Ni siquiera en una visita del boricua a un partido al que fue invitado de los Heat de Miami, cuando todavía Mourning militaba en ese quinteto.

“No se dio (la oportunidad de conversar). Tampoco lo quise forzar”, apuntó.

Luego de ese incidente, ambos jugadores tomarían rumbos distintos. Mourning debutaría en la NBA dos años más tarde con los Hornets de Charlotte y desarrollaría una carrera de 11 años en la liga más importante del mundo.

Ortiz, por su parte, saltaría al baloncesto europeo luego de un breve paso por los Jazz de Utah y desarrollaría una brillante carrera internacional.

“Tampoco es uno de mis favoritos, porque no lo considero un jugador muy allá. Oberto, sí. Oberto fue un luchador y un trabajador incansable. Es un honor para mí estar juntos en esta clase del 2020”, comentó el ex centro de la Selección Nacional. 

“Y lo mismo con Alonzo. Yo no tengo ningún problema con él. Yo pasé la página. Son cosas que en el camino surgen, pero la vida sigue y uno tiene que procesarlo”, sentenció Ortiz.

La ceremonia de exaltación de Ortiz, Mourning y Oberto se realizará el 30 de agosto, como parte de las actividades relacionadas con el Mundial de Baloncesto FIBA que se celebrará en China. 

Será el segundo boricua en el recinto de inmortales del baloncesto mundial. Teo Cruz fue el primero, en el 2007.