Fueron muchos los que se sorprendieron cuando vieron la confesión de Luis Francisco Mateo Alicea quien, mediante un vídeo en YouTube, narró una historia que su familia desconocía.

A solo días de graduarse de cuarto año de la escuela vocacional Bernardino Cordero Bernard en Ponce, el chico de 17 años abrió su corazón para contar su amarga experiencia con el bullying cuando cursaba el octavo grado, y la cual abonó a otros episodios que afortunadamente no culminaron en una tragedia. Esto solo por ser distinto a sus compañeros, pues Luis Francisco es tartamudo y tenía una condición en los tendones que le impedía caminar como los demás.

Sin embargo, la valentía de exponer su situación ante el mundo no fue para buscar culpables, sino para decirle a la gente “que no se quite”.

“Hice el vídeo para tratar de dar un mensaje positivo a la gente, porque veía a mucha gente publicando cosas de que ya no soportan la vida y que se quieren quitar. Eso me puso a pensar por par de semanas como que, si realmente valía la pena poner esto personal mío en las redes, pero uno no sabe lo que los demás estén pasando y decidí hacerlo”, expuso Mateo, recién graduado del taller de Imprenta en la Vocacional de Ponce.

“Resulta que, en la escuela intermedia, en octavo grado, me metieron a otro grupo de salón hogar y ahí estaba este chico que no sé por qué le gustaba hacerme ver inferior a él y él trató de hacerme sufrir haciéndome bullying, burlándose de mi forma de hablar porque yo soy tartamudo, por mi forma de caminar, mis gustos como la ropa que no era de marca”, contó.

En ese entonces, Luis Francisco estudiaba en la escuela intermedia Manuel González Pató, y era víctima de burlas por su manera de caminar, ya que los tendones de sus pies eran más cortos debido a una condición congénita. Por eso tuvo que usar yeso en ambas piernas durante un año.

Mientras revivía ese doloroso episodio, Mateo recordó cómo sus compañeros lo dejaban solo, por la influencia que tenía su agresor quien a diario amenazaba con pegarle.

“Sentía rechazo, tristeza, me aislé un poco y tuve que aguantar hasta que pasamos a escuela superior. Pero cuando vi al mismo chico en la otra escuela, para mí, fue como ‘otra vez’, pero lo ignoré”, manifestó.

“Yo tenía buenas notas hasta grado 11, que me interesó una muchacha que después de tanto tiempo me rechazó y me sentí horrible, hasta que dije ‘yo no valgo nada, ¿para qué voy a seguir siendo yo si no hay resultados con las demás personas? Pues me aislé, cambié mi forma de ser y de actuar”, reveló.

La cadena de episodios hizo que Luis Francisco se sumiera en una depresión que lo llevó a intentar quitarse la vida.

“Bajé las notas y mi papá fue a buscarlas, él vino bien molesto y yo me encerré en el cuarto a tratar de quitarme la vida, pero algo me dijo ‘no lo hagas”. Los maestros me dieron el break de hacer unos trabajos para poder pasar el grado y lo pasé”, dijo.

Agregó que sus mentores nunca supieron de su desdicha.

 Jennifer Alicea Castillo, madre de Luis Francisco, admitió que su hijo no les dijo nada ni tampoco daba señales, a pesar de que su esposo y ella estaban atentos a todo lo que sucedía tanto con él como con su hermana menor.

“Para nosotros fue devastador”, admitió Alicea Castillo, profesora en el Recinto de Ponce de la Universidad de Puerto Rico (UPR)..

Afortunadamente, la historia de Luis Francisco tomó un giro distinto, pues ahora mira al futuro con esperanza. Hasta piensa estudiar en el Colegio Cinematográfico de Artes y Televisión en Caguas.

“Yo estoy bien, y quiero que otras personas también lo estén”, apuntó Mateo Alicea.