El Colegio de Químicos de Puerto Rico realizó un análisis sobre el impacto de las cenizas de carbón en los acuíferos del sur que reveló la presencia de metales pesados, entre estos el plomo.

La entidad resaltó su interés de estudiar estos desechos a raíz de los incidentes registrados en Peñuelas, donde la comunidad se mantiene alerta para tratar de evitar futuros depósitos en el vertedero de ese pueblo, procedentes de la carbonera Applied Energy Systems (AES) en Guayama.

Para el estudio, capitaneado por el doctor Osvaldo Rosario, se tomaron muestras de las aguas subterráneas y de pozos desde Guayama hasta Guánica.

“El año pasado nos expresamos públicamente sobre la situación que hay con el impacto de las cenizas de carbón en el área sur y básicamente en toda la Isla porque eso se expande con los vientos. Nos preocupa mucho y tomamos la iniciativa, ya que la EPA toma la decisión de limitarle la medición y el análisis de las cenizas a AES, pues el Colegio toma la batuta y decimos, ‘mira, nosotros como científicos tenemos que tomar la dirección y realizar el análisis porque nos preocupa mucho la salud del pueblo”, confesó el presidente de la entidad, Juan Santiago Olivares.

“La metodología fue a base de muestreos de los pozos de agua y de las aguas subterráneas y se analizaron en laboratorios por químicos licenciados colegiados. Una vez determinado que muchos de estos muestreos dieron alto en metales pesados como el plomo, que se fueron sobre los límites, demuestra que hay un impacto en la quema de cenizas de carbón”, agregó el ingeniero Santiago.

El presidente del Colegio de Químicos alertó sobre las consecuencias en la salud del pueblo, producto de la quema de carbón. Sin embargo, evitó opinar en cuanto a la petición de grupos comunitarios y entidades profesionales como el Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, que exigen el cierre de la planta carbonera.

“Nosotros nos tenemos que basar en el análisis científico sobre el impacto que el proceso, pero ya en esos aspectos de cierre o no, pues no podemos entrar en eso”, apuntó.

“Sabemos que las cenizas de carbón tienen un impacto en la salud y enfermedades como el cáncer, aunque entendemos que hay una necesidad de bajar los costos de energía, pero definitivamente la quema de carbón no es la opción ideal para manejar esto, tendría que haber unos controles extremos para evitar el polvo fugitivo, que son las cosas que afectan a la salud del pueblo”, reveló.

Los hallazgos serán presentados durante la Convención de Primavera convocada por la institución del viernes, 15 al domingo 17 de marzo en el Hotel Ponce Hilton, bajo el tema de Desperdicios Sólidos.

Allí también se analizará el consumo de cannabis al conducir, “particularmente el criterio que se utiliza actualmente para determinar el consumo al conducir bajos sus efectos, y si existe una ley en Puerto Rico que regule esa práctica”.

Además, hablarán sobre el manejo apropiado de desperdicios sólidos, manejo adecuado en la industria de alimentos, y tópicos de la industria farmacéutica como fallas en los procesos farmacéuticos que pueden provocar el recogido de productos ya vendidos.

Por su parte, el Comité Diálogo Ambiental de Salinas arremetió contra AES, dado a que la empresa presuntamente reconoció su responsabilidad de contaminar las aguas subterráneas en su planta de Guayama.

“A principios de 2018, se publicó un informe sobre un monitoreo de las aguas subterráneas en el área de la inmensa montaña de cenizas de carbón, que mantiene ilegalmente AES, en la parte trasera de sus instalaciones en Guayama. El informe reveló evidencia de contaminación con radiactividad y metales pesados como Arsénico, Cromo, Selenio y Molibdeno, entre otros tóxicos”, destacó Víctor Alvarado Guzmán, portavoz del movimiento salinense.

“La AES y la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Tania Vázquez Rivera, insistían constantemente en exculpar a la empresa carbonera y achacaban, sin tener evidencia, la contaminación del acuífero a otras industrias que estuvieron establecidas en el área de Guayama. Hoy se cayó el velo de la mentira. La AES aceptó que existen niveles que están por encima de los estándares de protección de aguas subterráneas en tres componentes químicos: Selenio, Litio y Molibdeno, estos últimos dos no existen en estado libre en la naturaleza. Esa contaminación proviene de las cenizas. Es una prueba contundente de que las cenizas, que ellos llaman Agremax, son tóxicas y peligrosas. Si no fueran peligrosas, ¿cómo es que contaminaron el acuífero?”, sostuvo Alvarado Guzmán.