Es común escuchar a atletas, artistas, estudiantes o profesionales en cualquier ámbito de nuestra sociedad señalar que la oportunidad de representar a Puerto Rico en el exterior provoca una sensación indescriptible.

En unas semanas, ese honor recaerá sobre tres chicos, de entre nueve y diez años, que cursan su cuarto grado en el Colegio Limari en Carolina, quienes pondrán la monoestrellada en alto como parte de la Olimpiada Mundial de Robóticas que tendrá lugar en Tailandia del 16 al 18 de noviembre.

Cuando Keizel Rivera López, Dylan Morales Vázquez y Sebastián Rivera Candela partan rumbo al país asiático, el viaje representará la culminación de un año lleno de retos –en parte instigados por el paso del huracán María– que, sin embargo, no fueron suficientes para evitar que se alzaran con el primer lugar el pasado 2 de junio con el campeonato nacional de robóticas celebrado en la Universidad Politécnica, ganando el derecho de competir en el máximo evento mundial.

Para la directora del Colegio Limari, Thynia Rivera, los obstáculos que superaron hicieron de la hazaña de los estudiantes y sus maestras una particularmente especial.

“Gracias a Dios, mi hermano que vive en (el estado de) la Florida nos logró enviar un generador (poco después del huracán María), porque en el colegio estábamos sin luz, y aquí tampoco tenemos mucha entrada de aire. Pero como era pequeño, tampoco podíamos usarlo todo el día, y solo teníamos el abanico. Así que, con calor, poca luz y todas esas condiciones, ellos se prepararon muy bien, como quedó evidenciado con ese primer lugar. Todo el proyecto lo pudimos desarrollar aquí mismo en el colegio”, destacó Rivera.

Pero, quizás, nadie ejemplifica mejor las dificultades que provocó María como el propio Keizel. El estudiante llegó a Limari luego de que el plantel en que estudiaba en Naguabo fuera clausurado por los daños sufridos durante el ciclón.

A su llegada al pequeño colegio en Carolina tuvo su primer contacto con la robótica, con la que quedó cautivado al punto que, a su corta edad, asegura que –al igual que sus compañeros Dylan y Sebastián– aspira a dedicarse en el futuro al campo de la ingeniería.

En los pasados años, el Colegio Limari –con una matrícula de 70 estudiantes desde pre-pre hasta quinto grado– ha desarrollado su programa de robótica con el apoyo logístico de la organización sin fines de lucro Techno Inventors of Puerto Rico.

La directora relató que promovió la robótica en el centro educativo –fundado por sus padres hace 44 años– a partir del interés que demostraron en esa disciplina sus dos hijos mayores, ambos estudiantes universitarios de ingeniería y quienes han fungido como mentores para el grupo que viajará a Tailandia.

En la olimpiada, los estudiantes competirán en el nivel elemental (menores de 13 años) de la categoría regular. Esta edición del evento se celebra bajo el lema “Food Matters” (La comida importa), por lo que los equipos deben exponer un proyecto relacionado con la sustentabilidad alimentaria.

De tú a tú con lo mejor del mundo

“La competencia siempre tiene como tarea que los estudiantes resuelvan un problema del país donde se celebra el mundial. En el caso de Tailandia, su problema mayor es la escasez de comida, así que el robot que desarrollen debe atender esta problemática de alguna manera”, explicó el presidente de Techno Inventors, César Cabrera.

El robot que desarrollaron los estudiantes, en términos simples, debe distribuir unos objetos -que representan productos alimenticios- entre distintas áreas de la pista sobre la que se transporta.

“Tienen que poner la comida ‘buena’ en un lugar para que se distribuya, la que está ‘podrida’ en otro lugar y la que está en medio en otro. En ese proceso (los estudiantes) aprenden de organización, trabajo en equipo y a resolver problemas en momentos en que no necesariamente todos están de acuerdo”, expresó Cabrera, no sin antes resaltar el nivel de competencia que enfrentarán Keizel, Dylan y Sebastián.

“Allí van a estar los mejores de cada país. Hay países que llevan 15 años trabajando para estas competencias. Nosotros llevamos un periodo corto, pero los estudiantes van a hacer un buen papel”, aseguró el presidente de la organización que, desde su fundación en 2012, ha beneficiado a más de 80 escuelas en la isla.

En total, los costos del viaje y estadía en Tailandia superan los $30,000, por lo que el colegio ha organizado actividades de recaudación de fondos, aunque todavía queda camino para alcanzar la cifra necesaria. Las personas interesadas en aportar, pueden donar a través de ATH Móvil al 787-564-3478.

“Le estaba hablando a los chicos que ahora ellos se convierten en Puerto Rico. Queremos que este pedacito de tierra llegue allá y hagamos una buena representación, que las personas que estén en la competencia sepan quiénes somos. Puerto Rico es pequeño en tamaño, pero aquí hay mucho talento y hay que explotarlo y permitir que nos conozcan. Esa es la visión que tenemos con este viaje. Que el planeta entero nos conozca en este campo de la robótica, porque sabemos que en el mundo hay muchos ingenieros con mucho talento trabajando en las ciencias y las matemáticas”, puntualizó Rivera.