Oshawa.  La puertorriqueña Lely Burgos no pudo defender su campeonato panamericano, y finalizó esta tarde en la sexta posición de la categoría de 48 kilogramos de halterofilia en los XVII Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

La coameña de 30 años había llegado a estos Juegos como la medallista de oro de los Panamericanos de Guadalajara 2011. 

Sin embargo, un par de decisiones arbitrales le costaron el moméntum, y luego falló en alzar el último envión de la jornada para quedar rezagada en la competencia que contó con nueve pesistas y que se celebró en la ciudad de Oshawa, en las afueras de Toronto.

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La medalla de oro fue para la dominicana Cándida Vásquez, quien rompió una marca de estos Juegos al sumar 181 kilos (81 en arranque y 100 en envión). Vásquez quebró el registro de 177 que databa desde los Juegos de Winnipeg 1999, logrado en aquel entonces por la estadounidense Tara Nott.

La medallista de plata fue la colombiana Ana Iris Segura, quien también rompió el record con 180 kilos (77 en arranque y 103 en envión). Los 103 en envión de Segura también son un nuevo record panamericano.

Mientras, la dominicana Beatriz Pirón ganó el bronce con 175 kilos (80 en arranque y 95 en envión).

Las alzadas en arranque no fueron miel sobre hojuelas para Burgos, y ahí fue que se le escapó la medalla. En su primer turno, Burgos pudo levantar 71 kilos, pero los jueces determinaron que no pudo lograr una posición efectiva en su alzada. El público respondió con abucheos, pero Burgos volvió a salir para su segunda alzada y esta vez ejecutó, a perfección, el levantamiento de 71 kilos.

Con las competidoras de Estados Unidos y República Dominicana aún sin salir a la tarima, Burgos sabía que tenía que acumular kilos, así que optó por un tercer levantamiento de 74 kilos. Sin embargo, la boricua falló en levantar las pesas, por lo que se quedó con 71 de su segunda alzada.

Al finalizar todas las alzadas de arranque, Burgos se veía en la quinta posición y sabía que tenía que echar el resto en envión.

Pero se volvió a repetir el panorama del arranque. Burgos levantó 91 kilos en su primer envión, pero una vez más los árbitros invalidaron la alzada. Su rostro era de decepción y frustración. A pesar de ello, en el segundo envión sí logró los 91 kilogramos. Pero todo finalizó cuando, en su tercer intento, cayó sentada sin poder levantar las pesas, y así se le esfumaba cualquier posibilidad de medalla.

Luego de la competencia, Burgos aceptó que las decisiones arbitrales le afectaron, pero aceptó el resultado.

"Para mí, fueron ambas decisiones injustas. Pero también estoy clara de que cuando estamos en unos Juegos Panamericanos, hay que hacer de tripas corazones", dijo en zona mixta, a la vez que reconoció que "el nivel ha subido bastante en la categoría".