Nuestros riñones, cada uno aproximadamente del tamaño de un puño, tienen como principal función filtrar la sangre. “Los riñones se encargan de limpiar todas las toxinas que son desperdicios del metabolismo y todo lo que no necesitamos lo eliminamos por la orina”, explicó el nefrólogo Eddie Rodríguez.

Existen varias condiciones que pueden afectar la labor de estos órganos, pero las más comunes son la diabetes y la alta presión arterial, también conocida como hipertensión.

La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes arteriales. Cuando la fuerza de la sangre está muy elevada, significa que usted padece hipertensión, señaló el doctor.

Aunque algunos pacientes podrían presentar síntomas como dolor de cabeza o sudoración, el galeno advirtió que en la mayoría de los casos no se manifiestan signos. “Por eso le llamamos el asesino silente porque está creando mucho daño en el sistema humano y el paciente no se da cuenta”, expuso el nefrólogo.

Todo paciente de edad avanzada ―65 años o más―, con obesidad o diabetes corren mayor riesgo de sufrir hipertensión. Rodríguez mencionó que cerca de 100 millones de personas en Estados Unidos padecen de presión alta.

“La meta de una presión normal es 120/80, pero hay unas categorías donde un poco más arriba de eso, ya se presenta prehipertensión”, indicó el especialista.

Una vez la lectura muestra una presión mayor de 140/90, se denomina hipertensión. Al haber mayor presión arterial, los vasos sanguíneos alrededor del cuerpo pueden afectarse, incluyendo los de los riñones. Si esto ocurre, los riñones comienzan a perder su función para filtrar la sangre y eliminar las toxinas.

Por estas razones es que la hipertensión es una de las causas más comunes de la enfermedad renal crónica, según Rodríguez.

De hecho, se estima que más de 30 millones de estadounidenses están diagnosticados con esta condición. En Puerto Rico, para el 2016, la prevalencia de la enfermedad renal fue aproximadamente de 99,381 adultos de 18 años o más, de acuerdo con un informe del Departamento de Salud.

¿Qué es la enfermedad renal crónica?

La enfermedad renal crónica surge cuando los riñones han perdido un porciento de su función de limpieza de la sangre. Al igual que la hipertensión, esta condición evoluciona de forma silenciosa.

“Muchas veces es asintomática porque el riñón tiene una reserva de función y puede seguir cumpliendo las necesidades del cuerpo a pesar de haber perdido gran parte de la función renal. Además de esto, cuando vemos problemas como proteínas o sangre en la orina también se consideran como marcadores de enfermedad renal crónica”, comentó Rodríguez.

Agregó que la relación entre la enfermedad renal e hipertensión es bidireccional. El doctor aseveró que algunos pacientes padecen de hipertensión a causa de problemas renales, pues esto hace que retengan sodio, lo que evita que la presión se pueda regular correctamente.

Aparte de la presión arterial alta, hay otros factores que aumentan su riesgo de enfermedad renal, tales como diabetes, enfermedad coronaria, ser fumador, ser mayor de 65 años o tener familiares que hayan padecido insuficiencia renal.

Proteja sus riñones controlando la presión arterial

Si bien existen enfermedades que son difíciles de prevenir, como en el caso de una predisposición genética, llevar un estilo de vida saludable puede ser la clave para evitar que se desarrollen. Si usted ya ha recibido un diagnóstico de hipertensión, la mejor manera de retrasar la enfermedad renal es controlando su presión arterial.

“Siempre le recomendamos al paciente que tenga una dieta y haga ejercicio; la pérdida de peso en aquellos que son obesos; y dejar de fumar o consumir alcohol de manera significativa. La gran mayoría de los pacientes, comoquiera, requieren medicamentos”, recalcó el especialista.

Mencionó que los medicamentos de primera línea son los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los inhibidores del receptor de angiotensina.

“Son los que mayor beneficio cardiovascular y beneficio renal proveen. Además de controlar la presión, reducen la mortalidad cardiovascular y el deterioro a nivel de los riñones”, aseguró el médico. Añadió que hay pacientes que durante su vida no requieren de diálisis o trasplante.

“Lo más importante cuando hablamos de insuficiencia renal e hipertensión es realizar un diagnóstico temprano y tratamiento preventivo porque podemos evitar el daño, pero es bien difícil corregir el que ya está hecho. Así que, no debe esperar a tener síntomas para evaluarse con un médico, sino que todo paciente adulto debe, por lo menos una vez al año, hacerse una verificación de su estado de salud”, finalizó el doctor.