El inicio de una gran historia

Para abril de 1981, la ciudad de San Juan experimentaba un notable crecimiento poblacional, con un aumento demográfico que superaba por más de cinco veces la cifra registrada a inicios de la década anterior. Este fenómeno transformó la dinámica urbana, social y cultural de la capital puertorriqueña, evidenciando la necesidad de nuevas infraestructuras que respondieron a las exigencias de una sociedad en expansión.

En este contexto, surgió la iniciativa de construir un complejo cultural que estuviera a la altura de los más destacados del hemisferio: el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré (CBA). Impulsado por una visión estratégica del desarrollo cultural y urbano, este espacio fue concebido como la plataforma de mayor relevancia para la expresión artística en Puerto Rico. Tal como expresó su gerente general, Jetppeht Pérez de Corcho Morgado, el Centro fue ideado como “el espacio de expresión artística más importante del archipiélago”, consolidándose con el tiempo como un ícono de excelencia cultural.

Desde su apertura, el CBA no solo ha servido como sede para las principales compañías de teatro, danza, ópera y música del país, sino que también ha acogido espectáculos internacionales, propiciando un intercambio artístico valioso para el desarrollo de las artes escénicas en la región. La Sala de Festivales Antonio Paoli, en particular, se convirtió en un símbolo del esfuerzo colectivo por profesionalizar la gestión cultural en Puerto Rico.

Con más de 500 eventos anuales, el CBA se ha convertido en una plataforma indispensable para el desarrollo profesional de artistas emergentes y consagrados

Asimismo, el Centro de Bellas Artes ha desempeñado un rol esencial en la descentralización del acceso a la cultura, atrayendo públicos diversos y fomentando la participación activa de comunidades tradicionalmente marginadas del quehacer artístico. En él convergen la tradición y la innovación, lo académico y lo popular, lo nativo y lo global.

Hoy, más de cuatro décadas después de su fundación, el CBA continúa siendo un bastión de la identidad cultural puertorriqueña, un referente arquitectónico y un testimonio de lo que es posible cuando el arte y la voluntad colectiva se encuentran.

Motor de la economía creativa

Exempleados del CBA y técnicos de iluminación
Exempleados del CBA y técnicos de iluminación (BrandStudio)

“En Puerto Rico, hasta ese momento, existían varios teatros, pero eran pequeños. El público puertorriqueño comenzó a mostrar un interés creciente por las artes escénicas y el Teatro Alejandro Tapia y Rivera lo ocupaban muchas compañías que estaban de gira en ese momento. Fue así como don Ricardo Alegría, primer director del Instituto de Cultura Puertorriqueña, y don Francisco Arriví se dieron a la tarea de crear un concepto de salas y desarrollar el Centro de Bellas Artes a mediados del siglo pasado”, indicó Pérez de Corcho Morgado, quien ocupa el cargo de gerente general desde hace ocho años.

Jetppeht Pérez de Corcho Morgado junto con Wilkins. El cantautor fue el primer artista de música popular en presentarse en el CBA en 1981.
Jetppeht Pérez de Corcho Morgado junto con Wilkins. El cantautor fue el primer artista de música popular en presentarse en el CBA en 1981. (Suministrada)

Desde su conceptualización, el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré fue pensado no solo como una infraestructura para el arte, sino como un motor capaz de activar el ecosistema cultural y económico de Puerto Rico. A pesar de los retos y la oposición política que, por momentos, detuvieron su construcción, la visión original se concretó con su inauguración el 9 de abril de 1981, dando paso a una nueva era para las industrias culturales del país.

En la actualidad, el Centro opera en el corazón de una “zona naranja”, concepto asociado a territorios donde la economía creativa impulsa el desarrollo urbano, genera empleos y fortalece las redes productivas a través del arte, el diseño, la música, el teatro y la producción técnica. La actividad generada en el CBA no se limita a los escenarios. Detrás de cada evento, producción o gira, hay equipos de técnicos, diseñadores, escenógrafos, músicos, bailarines, dramaturgos y gestores culturales que activan la cadena de valor creativa y contribuyen directamente al producto interno bruto (PIB) cultural del país.

De izquierda a derecha, Luis Rodríguez, presidente de WIPR; Eddie Charbonnier, representante; Jetppeht Pérez de Corcho Morgado, gerente general del CBA; Edward Moreno, secretario de la Junta de Directores del Instituto de Cultura Puertorriqueña y Carlos A. Rubio, presidente; y Juan Machicote.
De izquierda a derecha, Luis Rodríguez, presidente de WIPR; Eddie Charbonnier, representante; Jetppeht Pérez de Corcho Morgado, gerente general del CBA; Edward Moreno, secretario de la Junta de Directores del Instituto de Cultura Puertorriqueña y Carlos A. Rubio, presidente; y Juan Machicote. (BrandStudio)

Con más de 500 eventos anuales, el CBA se ha convertido en una plataforma indispensable para el desarrollo profesional de artistas emergentes y consagrados. Su cartelera ha acogido desde funciones del Ballet Nacional de Cuba hasta conciertos memorables como los del tenor Plácido Domingo o la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Esta constante actividad no solo promueve el acceso a las artes, sino que también dinamiza la economía local a través del turismo cultural, la ocupación hotelera, el comercio en la zona y el empleo técnico-artístico.

Glenn Monroig y Chucho Avellanet.
Glenn Monroig y Chucho Avellanet. (BrandStudio)

Como puntualizó Pérez de Corcho Morgado: “el Centro de Bellas Artes ha sido esencial para la formación de nuevas generaciones artísticas y se destaca como un motor de la economía creativa que trasciende el ámbito artístico”. Su impacto es palpable tanto en la vida cultural como en los indicadores económicos del país, consolidándose como una institución indispensable en la arquitectura del desarrollo sostenible de Puerto Rico.

Evolución que trasciende el tiempo

El Centro de bellas Artes Luis A. Ferré abrió sus puertas en 1981.
El Centro de bellas Artes Luis A. Ferré abrió sus puertas en 1981. (Suministrada)

A lo largo de sus más de cuatro décadas de existencia, el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación ante los cambios sociales, tecnológicos y culturales. Esta cualidad ha sido fundamental para su permanencia como referente artístico del país.

El proyecto de los techos del edificio principal fue sufragado con fondos de FEMA, gracias a las gestiones realizadas por el equipo de COR3 y su director ejecutivo, Eduardo Soria Rivera.
El proyecto de los techos del edificio principal fue sufragado con fondos de FEMA, gracias a las gestiones realizadas por el equipo de COR3 y su director ejecutivo, Eduardo Soria Rivera. (Suministrada)

“El Centro ha sabido adaptarse a los tiempos y posicionarse a la vanguardia del quehacer cultural en Puerto Rico”, afirmó el gerente general. Según destacó, este proceso de renovación constante ha incluido la integración de nuevas tecnologías, con el fin de atraer y conectar con nuevos públicos y audiencias diversas.

Se espera que las nuevas torres de enfriamiento generen un ahorro en agua de alrededor de un 60 %.
Se espera que las nuevas torres de enfriamiento generen un ahorro en agua de alrededor de un 60 %. (Suministrada)
Nuevo generador eléctrico.
Nuevo generador eléctrico. (Suministrada)

La pandemia del COVID-19 marcó un antes y un después en la industria del entretenimiento global, y el CBA no fue la excepción. Ante los desafíos del confinamiento y la imposibilidad de celebrar eventos presenciales, la administración del Centro convirtió la crisis en una oportunidad. Se impulsaron transmisiones híbridas y virtuales, y las salas se transformaron temporalmente en estudios de grabación para artistas de distintos géneros. Esta flexibilidad operativa no solo permitió mantener en movimiento la actividad artística durante tiempos inciertos, sino que consolidó al CBA como un espacio multiuso, multidisciplinario y resiliente.

Vista de las butacas de la Sala de Festivales Antonio Paoli.
Vista de las butacas de la Sala de Festivales Antonio Paoli. (Suministrada)

“En marzo de 2020, veníamos de dos años cerrados por los huracanes Irma y María, y todavía estábamos levantando el teatro. Tuvimos que tomar acción para mantenernos a salvo y creo que esa experiencia nos enseñó a mejorar nuestra respuesta a diferentes situaciones y a ser creativos en tiempos tan precarios para el futuro del entretenimiento del país”, reflexionó Pérez de Corcho Morgado.

La nueva alfombra de la Sala de Festivales Antonio Paoli.
La nueva alfombra de la Sala de Festivales Antonio Paoli. (Suministrada)

En 2025, el Centro no solo se mantiene vigente, sino que ha reafirmado su papel como eje de convergencia cultural en la región. Con más de 15,000 presentaciones acumuladas desde su apertura y una programación que abarca desde espectáculos internacionales hasta eventos comunitarios, el CBA se reinventa constantemente para seguir siendo el “latir de un pueblo”.

De izquierda a derecha, Sol E. Rivera Delgado, conservadora de pintura del Museo de Arte de Puerto Rico, Annex Burgos y Jetppeht Pérez de Corcho Morgado.
De izquierda a derecha, Sol E. Rivera Delgado, conservadora de pintura del Museo de Arte de Puerto Rico, Annex Burgos y Jetppeht Pérez de Corcho Morgado. (Suministrada)

Esta trayectoria fue conmemorada en el Especial El Centro de Bellas Artes: el Latir de un Pueblo, narrado por la actriz Cordelia González y el artista José Juan Tañón, cuya primera proyección se celebró el 9 de abril de 2025, justo en el aniversario número 44 del Centro. El filme rinde homenaje no solo a la institución, sino también a las generaciones de artistas, trabajadores y espectadores que le han dado vida a lo largo del tiempo.

CBA como espacio de gestión cultural y creación en Puerto Rico: Afianza su arraigo con el pueblo

Jetppeht Pérez de Corcho Morgado con una muestra del cristal del vitral “Forma y Trópico”.
Jetppeht Pérez de Corcho Morgado con una muestra del cristal del vitral “Forma y Trópico”. (Suministrada)

El complejo del Centro de Bellas Artes, que alberga una sala sinfónica, una sala de festivales, una sala de teatro, un espacio dedicado al teatro experimental, un café teatro, áreas de performance al aire libre, camerinos, espacios para eventos privados y corporativos, así como salas de ensayo, continúa su proceso de expansión y renovación.

“Estamos construyendo una nueva entrada al CBA desde la avenida Ponce de León. Esta incluirá unas escalinatas que llevarán por nombre ‘Pórtico de las Artes’, diseñada para ser visible desde la calle, invitando al público a recorrer libremente los predios del Centro”, subrayó Pérez de Corcho Morgado.

Asimismo, el gestor cultural anunció la comisión de un nuevo teatro al aire libre, que se ubicará en la parte posterior de la Plaza Juan Morel Campos. “Desde allí, se celebra un sinnúmero de eventos, incluyendo proyectos culturales en alianza con universidades. La idea es que estudiantes de artes escénicas y de gestión cultural tengan un espacio donde puedan organizar y presentar sus propias iniciativas”, destacó.

La apertura de estas nuevas instalaciones, que reforzarán el compromiso del CBA con la formación, la accesibilidad y la creatividad colectiva, está prevista para finales de septiembre de 2025.