Durante un embarazo, pueden surgir complicaciones o condiciones que, sin duda, pueden comprometer la salud de la criatura. Este es el caso de las efusiones pleurales que pueden surgir durante el periodo de gestación, indicó el doctor José Santiago Font, perinatólogo y director del Centro de Medicina Fetal del Centro Médico Episcopal San Lucas.

“Las efusiones pleurales no es otra cosa que líquido alrededor del pulmón durante el embarazo donde estos órganos colapsan y el efecto que tiene es que, independientemente del momento en donde nazca el bebé, ya sea prematuro o a término, los pulmones no funcionan”, dijo Santiago Font, quien, además, mencionó que estas complicaciones pueden ser identificadas por medio de un sonograma.

El médico planteó que, cuando dicha condición se identifica a tiempo, se utiliza el tratamiento intrauterine thoraco-amniotic shunt (también conocido como el tubo de pecho fetal intrauterino). “[El tubo de pecho fetal intrauterino] es un dispositivo que se pone dentro del tórax del bebé con la intención de drenar el fluido que se pueda haber acumulado dentro del pecho”, explicó el especialista de la institución hospitalaria ponceña.

Y es que el fluido alrededor del pulmón del bebé evita que estos órganos se desarrollen correctamente dentro del útero. La repercusión de esta complicación es perjudicial para el feto y le podría ocasionar la muerte si la situación persiste durante todo el embarazo, comentó Santiago Font. “Es una complicación rara, pero cuando ocurre y si no se atiende a tiempo, se convierte en una situación letal. En otras palabras, el bebé muere independientemente de cuándo nazca porque sus pulmones no pueden expandirse y no se pueden madurar”, dijo el galeno.

¿Cómo se realiza este procedimiento?

Para este procedimiento, el doctor Santiago Font explicó que el tubo que se inserta contiene una porción que se coloca dentro del tórax del feto y otra que va dentro del líquido amniótico. El proceso lo que permite es transportar el fluido ubicado en el interior del pulmón hacia el líquido amniótico, expuso el perinatólogo.

“Es un procedimiento corto, que se hace percutáneamente, lo que significa que se hace a través de la piel de la paciente en donde se pone acostada en una cama bajo anestesia espinal y sedación. Guiado por sonograma, se utilizan unos instrumentos para poder allegar el tubo de pecho dentro del pecho del bebé en donde va una de las porciones del tubo mientras que la porción va fuera del cuerpo del bebé en el líquido amniótico para que todo ese líquido que está alrededor del pulmón se pueda drenar”, explicó.

Una vez finalizado el procedimiento y se corrobore que no ha sufrido una complicación, la paciente puede regresar a su hogar al día siguiente. “Se admite por lo menos una noche para estar seguros que no tienen contracciones, que no rompa fuente o que no desarrolle una infección”, agregó.

¿Cómo se diagnostica esta complicación?

Asimismo, Santiago Font indicó que esta complicación no presenta síntomas en la madre y solo se detecta mediante un sonograma rutinario.

“Los sonogramas que se utilizan para determinar ese tipo de diagnóstico se hacen incidentalmente alrededor de las 18 a las 20 semanas del embarazo en una visita rutinaria sin que anteriormente el bebé o la mamá haya mediado un factor de riesgo. Pero si ocurre antes, lo hacemos y de ocurrir después, lo podemos hacer también. No hay una edad gestacional determinada”, señaló el perinatólogo.

Cuando los ginecólogos obstetras identifican algo inusual en el ultrasonido, envían a la paciente a un especialista en medicina materno-fetal. Estos especialistas realizan una ecografía más detallada para detectar cualquier complicación, sostuvo.

“Es una situación que se diagnostica cuando se realiza un sonograma para ver el bebé y ves que el bebito está acumulando líquido en el pecho. Pero no hay otra forma de diagnosticarla y no tiene ningún síntoma. La mamá puede pasar los nueve meses [de embarazo] sin estar consciente de que esa situación existe”, comentó.

De acuerdo con el médico, se desconoce por qué surge esta condición, debido a que las efusiones pleurales son independientes del estado físico de la mamá. De esta forma, le puede suceder a una madre con diabetes como a una mujer que no padezca ninguna condición de salud ni embarazo de alto riesgo, dijo Santiago Font.

Tratamiento especializado

El Centro Médico Episcopal San Lucas en Ponce actualmente es el único en Puerto Rico y el Caribe con el equipo y entrenamiento para realizar el tratamiento del tubo de pecho fetal intrauterino, aseguró Santiago Font.

A su vez, el galeno exhortó a todas las personas embarazadas, con factores de riesgo o no, solicitar a su doctor primario una evaluación con un especialista en medicina materno-fetal. De este modo, pueden anticipar cualquier tipo de complicación de salud en la criatura.

“Cuando los bebés nacen sin diagnóstico se pierde mucho tiempo en el tratamiento, buscando la razón a tratar. Sin embargo, cuando existe un diagnóstico, pueden decidir en qué institución va a nacer, de manera que haya consultores que puedan darle servicios de salud adecuados”, agregó.

Asimismo, los padres pueden establecer un plan de trabajo junto a los especialistas pediátricos y los cirujanos para individualizar el tratamiento de manera que se le pueda ofrecer lo que necesite con agilidad.

“El perinatólogo es ese profesional que puede confirmar que, dentro de unos parámetros razonables, la anatomía de ese bebe sea intacta”, señaló. “De estos estudios anatómicos se desprende este diagnóstico, pero se desprenden muchos otros”, continuó.

Para más información sobre los servicios o citas en el Centro de Medicina Fetal del Centro Médico Episcopal San Lucas, puede comunicarse al 787-844-2080, extensión 6410 o acceder a www.sanlucaspr.org.