El corazón es nuestro motor: al latir, envía a los pulmones y el resto de los órganos la sangre rica en oxígeno que necesitan para funcionar. Para ello es importante que el bombeo sea regular y uniforme. Cuando no es así, estamos ante una arritmia.

“Las arritmias son problemas en el ritmo cardiaco. Puede que el ritmo sea rápido, lento, irregular o una combinación de las anteriores”, explicó el doctor Francisco Pérez Gil, cardiólogo electrofisiólogo del Centro Médico Episcopal San Lucas.

Tipos de arritmias

Aunque pueden compartir causas comunes –como enfermedades congénitas, hereditarias o estructurales del corazón– las arritmias también pueden deberse a la obesidad y enfermedades arteriales, detalló Pérez Gil.

Padecerlas, además, suele atarse al perfil del paciente. Por ejemplo, las arritmias lentas son más prevalentes en personas mayores de 65 años. También pueden tenerlas personas jóvenes que tomen medicamentos que bajen el pulso. En cualquier caso, estos suelen mostrar cansancio, desgano y, en ocasiones severas, mareos y desmayos.

Entre las arritmias rápidas están las taquicardias ventriculares (problemas en el tejido eléctrico inferior del corazón encargado de las pulsaciones). Estas son peligrosas, dijo el especialista. Usualmente las padecen pacientes con el corazón débil o con enfermedades coronarias severas, incluyendo también personas mayores de 65 años.

Otro tipo de arritmias rápidas son las taquicardias supraventriculares (problemas en el tejido eléctrico superior del corazón encargado de las pulsaciones). La más común de estas es la fibrilación atrial, que se da mayormente en personas mayores y cuya causa es genética.

Tratamientos disponibles

En el caso de las arritmias lentas suele colocarse un marcapaso, señaló Pérez Gil. Este procedimiento se ha mejorado con el tiempo y hay pacientes a los que se les podría implantar percutáneamente (por la vena) sin tener que enfrentar una incisión en el pecho.

En el caso de las rápidas, el especialista sostuvo que existen medicamentos y procedimientos ambulatorios, como la crioablación: mediante un catéter percutáneo, se puede llegar al tejido eléctrico del corazón y quemar con nitrógeno las áreas que provocan la arritmia. Mientras que, en el caso de los pacientes en riesgo de sufrir una taquicardia ventricular, se les implanta un desfibrilador que monitorea el corazón y, en caso de una arritmia letal, les da un electrochoque.

Todos estos procedimientos están disponibles en el Centro Médico Episcopal San Lucas. Para más información, puede llamar al 787-844-2080 o comunicarse con la oficina del doctor Pérez Gil al 787-692-3029.