Para muchos, el tratamiento de condiciones de salud mental se limita a la intervención médica de psicólogos o psiquiatras. Sin embargo, a este grupo de profesionales también se unen los terapeutas ocupacionales y asistentes de terapia ocupacional, quienes fomentan que el paciente recupere la autonomía en su vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, existe una gran variedad de trastornos mentales y cada uno de ellos con manifestaciones distintas. Las condiciones más comunes son la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia, demencia, entre otros. En esencia, estas enfermedades se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta.

Una persona con un diagnóstico de enfermedad mental suele enfrentar dificultades en sus actividades cotidianas, educativas, laborales y sociales. Por eso, parte del enfoque de la terapia ocupacional en pacientes de salud conductual, incluye terapias que encaminan a la persona a retomar actividades habituales, tales como vestirse, bañarse, ingerir medicamentos o alimentarse solo.

“En terapia ocupacional, evaluamos qué actividades o roles se han visto afectados en el paciente de acuerdo con su limitación o sintomatología. A nivel emocional, se trabajan actividades del diario vivir como el aseo personal, esto porque en ocasiones algunos pacientes con depresión, por ejemplo, no desean bañarse o tener cuidado de su aspecto físico”, explicó Jennifer Pérez, asistente de terapia ocupacional en el Centro de Salud Conductual del Centro Médico Episcopal San Lucas.

Los terapeutas ocupacionales son los profesionales de la salud que tienen como objetivo la rehabilitación y autonomía del paciente a nivel de ocupación.

Por su parte, la depresión se considera uno de los trastornos mentales más frecuentes y una de las principales causas de discapacidad. Dentro de los síntomas, se presenta tristeza, pérdida de interés, baja autoestima, trastornos del sueño o del apetito, cansancio y falta de concentración. Esta condición puede ser de larga duración o recurrente y afectar considerablemente la capacidad de la persona para realizar actividades laborales, académicas y cotidianas.

“En otras personas, el manejo de las finanzas representa un estresor, por lo que también los guiamos en esa área, así como en el manejo del tiempo, concentración, o solución de problemas”, indicó Pérez.

Aunque los pacientes pueden presentar una mejoría en su estado de ánimo, Pérez mencionó que es común que estos aún no hayan podido reanudar sus tareas diarias.

“Cuando el paciente no logra realizar sus ocupaciones o actividades efectivamente, se podría dar una recaída. Por esta razón, nuestro enfoque principal es la prevención. Trabajamos para que el paciente se integre a la comunidad sintiéndose productivo e independiente”, precisó la asistente de terapia ocupacional.

Además de las condiciones de salud mental, los trastornos ocasionados por el consumo de sustancias también pueden ser atendidos como parte del tratamiento de salud conductual.

Actividades con propósito

Por medio de sesiones individuales o en grupo, los terapeutas ocupacionales utilizan herramientas psicoeducativas, tareas manuales o el juego para desarrollar destrezas como la toma de decisiones o tolerancia con la meta de que cada paciente recobre su independencia.

La terapeuta señaló que uno de los beneficios de la terapia en grupo es el apoyo colectivo entre los pacientes. Agregó que este tipo de personas suele aislarse, y una vez inicia a compartir con sus pares, comienza a desarrollar nuevas prácticas sociales.

La especialista aclaró que la duración de los tratamientos dependerá de los límites y motivaciones de cada persona. “Dentro de nuestro enfoque, nos dirigimos a conocer qué es lo que el paciente quiere mejorar y esto les permite mantenerse motivados y comprometidos con su bienestar”, dijo la especialista.

Si desea más información sobre los servicios del Centro de Salud Conductual San Lucas, puede comunicarse al 787-625-1430 o al 787-844-2080, extensión 6864.