El mes de septiembre de 2017 quedó grabado en la memoria y el corazón de todo un pueblo. Los vientos cortantes y la pesada lluvia atravesaron la isla, destruyendo a su paso miles de hogares. Horas después del evento atmosférico de mayor dimensión que haya sufrido Puerto Rico en tiempos modernos, las organizaciones no gubernamentales (ONG), muchas cívicas, de base comunitaria y de fe, fueron las primeras en responder a la emergencia, movilizando a voluntarios, haciendo un reconocimiento de primera mano de las necesidades de sus comunidades, redirigiendo servicios y recursos, y sirviendo como un eje vital de apoyo a la gestión gubernamental.

Aunque la labor de estas organizaciones siempre ha sido reconocida, desde entonces, y en coordinación estrecha con el Departamento de la Vivienda, se han convertido en colaboradoras indispensables del elaborado proceso de recuperación y reconstrucción que enfrenta Puerto Rico.

Según destacó el secretario de Vivienda, William Rodríguez Rodríguez, la agencia que dirige decidió apostar al tercer sector para lograr los objetivos del Plan de Acción para la Recuperación de Puerto Rico, mediante el Programa CDBG-DR, como un mecanismo para fortalecer la capacidad institucional de la agencia.

“Logramos un balance, pues establecimos cuál era nuestra necesidad, basados en el Plan de Acción y los programas [creados], y abrimos una competencia para que todas aquellas organizaciones que tenían alguna idea fundamentada en su experiencia con las comunidades, trajeran las soluciones a esas problemáticas y a esas necesidades [identificadas]”, aseveró Rodríguez Rodríguez, al comentar que “de ahí salió un abanico grandísimo de talento dentro de nuestras organizaciones sin fines de lucro que hoy están caminando junto con nosotros en este esfuerzo de reconstrucción”.

De otra parte, para la subsecretaria de Recuperación de Desastres bajo el Programa CDBG-DR, Maretzie Díaz, la inclusión del tercer sector en los esfuerzos del Departamento de la Vivienda fue un paso lógico y atinado para lograr acercarse a las comunidades afectadas, y surgió al observar la capacidad de respuesta a la emergencia que muchas de estas organizaciones gestionaron desde su interior.

“Vimos cómo tantas entidades no gubernamentales fueron las primeras que dieron ese paso al frente, así que al ver esa colaboración y el impacto [que tuvieron], las incluimos en nuestro Plan de Acción”, apuntó Díaz, quien agregó que hoy cuentan con un grupo diverso de entidades ya establecidas y otras de más reciente creación, como resultado de las evaluaciones de las necesidades comunitarias, a raíz de los huracanes Irma y María.

La subsecretaria de Recuperación de Desastres, Maretzie Díaz Sánchez, saluda a representantes de las entidades que participaron en la Ruta CDBG-DR, donde se ofreció orientación sobre los programas de los Fondos CDBG-DR.
La subsecretaria de Recuperación de Desastres, Maretzie Díaz Sánchez, saluda a representantes de las entidades que participaron en la Ruta CDBG-DR, donde se ofreció orientación sobre los programas de los Fondos CDBG-DR. (Suministrada)

El secretario, exaltó el acceso que ahora tienen las organizaciones a nuevas oportunidades, al recordar que, mientras están ayudando a reconstruir a Puerto Rico mediante los programas establecidos, también capacitan a sus miembros en el manejo de fondos federales.

Logramos un balance, pues establecimos cuál era nuestra necesidad, basados en el Plan de Acción y los programas [creados], y abrimos una competencia para que todas aquellas organizaciones que tenían alguna idea fundamentada en su experiencia con las comunidades, trajeran las soluciones a esas problemáticas y a esas necesidades [identificadas]. De ahí salió un abanico grandísimo de talento dentro de nuestras organizaciones sin fines de lucro que hoy están caminando junto con nosotros en este esfuerzo de reconstrucción

-William Rodríguez Rodríguez, secretario de Vivienda

“Ellos van a salir de estos programas fortalecidos no solamente con la experiencia en el manejo de una de las subvenciones más importantes en toda la nación americana, sino también porque les estamos dando ese conocimiento imprescindible para solicitar posteriormente nuevos fondos federales”, subrayó Rodríguez Rodríguez.

Programas de impacto

Para ambos funcionarios, la incorporación de las entidades no gubernamentales y sin fines de lucro a los esfuerzos de recuperación a largo plazo destaca el empeño del Departamento de la Vivienda para que la transformación de la isla se ejecute mediante un enfoque multisectorial, que una las voluntades del sector público con las del privado, en favor de las comunidades más vulnerables. Del mismo modo, representa una inversión importante que, en última instancia, tendrá un efecto multiplicador en el desarrollo económico y social de Puerto Rico en los años por venir. Para ello, se establecieron principalmente cinco programas: Programa de Vivienda de Interés Social, Programa de Asesoría de Vivienda, Programa de Planificación Integral de la Resiliencia Comunitaria, Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas y Programa de Capacitación Laboral.

1. Programa de Vivienda de Interés Social

Bajo esta iniciativa se crean oportunidades de vivienda para poblaciones con necesidades especiales, como: personas sin hogar, de edad avanzada, víctimas de violencia doméstica, personas con discapacidad intelectual, personas con discapacidad de desarrollo y/o física, pacientes de VIH/sida, individuos que se recuperan de la adicción y personas con otras necesidades funcionales o de acceso.

“Poder colaborar en el desarrollo de vivienda para estos sectores vulnerables es, sin duda, un tema que me llena mucho y que podamos ayudar [a las organizaciones] a expandir sus ofrecimientos o a mejorar la calidad de vida de las personas que se benefician de ellas es importante”, afirmó Rodríguez Rodríguez.

2. Programa de Asesoría de Vivienda

Este programa proporciona servicios educativos complementarios para promover la comprensión de las opciones de vivienda y finanzas, como conocimiento financiero, asesoría para el comprador de la casa, asesoría en reparación de crédito, mitigación de impago entre otros.

“Las agencias consejeras, que son organizaciones sin fines de lucro, son una pieza esencial en el desarrollo y la ejecución de nuestros programas. Me quito el sombrero ante cada una de ellas porque nunca nos dicen que no”, resaltó el secretario, al ponderar el apoyo que reciben de estas para dar consejería a los beneficiarios del Programa de Asistencia Directa al Comprador. Asimismo, detalló que también fueron esenciales en el conteo de los techos azules en todo Puerto Rico.

3. Programa de Planificación Integral de la Resiliencia Comunitaria

Su objetivo es que las comunidades puedan generar planes de recuperación para desarrollar políticas de planificación en torno a sus necesidades, y establecer metas a largo y corto plazo que les permitan solucionarlas.

“[Este programa] le está dando herramientas a las comunidades… en la generación de planes de recuperación para que puedan desarrollar sus políticas de planificación e identificar necesidades en las que nosotros les podamos ayudar para desarrollar proyectos”, resaltó Díaz.

4. Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas

Su misión es financiar las actividades de las organizaciones sin fines de lucro que tienen experiencia constatada en la implantación de incubadoras y aceleradoras de negocios. Su enfoque, según la subsecretaria, es desarrollar programas para, de una forma gratuita, ofrecer cursos comprensivos para ayudar a los pequeños empresarios a desarrollar sus planes de negocios para que se puedan insertar en la economía local.

5. Programa de Capacitación Laboral

Ayuda a los residentes a encontrar empleo mediante la capacitación laboral en áreas de destrezas relacionadas con los esfuerzos de recuperación.

Resultados alentadores

“En total, estamos hablando de 55 entidades que nos están ayudando en este tema”, entre las que se incluyen: Pathstone, en el Programa de Capacitación Laboral y en servicios de suscripción para varios programas; PR Economic Corridor en los programas de Capacitación Laboral y de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas; Centro María Mazzarello, Alespi, Inc., en el Programa de Vivienda de Interés Social; y Community Development Venture Capital Alliance, en el Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas, recalcó Díaz, mientras compartió algunos datos alentadores: al momento, mediante el Programa de Capacitación Laboral, 25 entidades habían matriculado a 3,011 participantes o estudiantes, de los cuales 1,402 ya se han graduado. En el Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas, 32 organizaciones han matriculado a 3,654 emprendedores de los cuales 2,082 ya se han graduado.

Para finalizar, el secretario de la Vivienda y la subsecretaria resaltaron el orgullo y el compromiso que sienten en el Departamento de la Vivienda en la ejecución del Plan de Acción que esboza la reconstrucción de Puerto Rico.

Al momento, mediante el Programa de Capacitación Laboral, 25 entidades habían matriculado a 3,011 participantes o estudiantes, de los cuales 1,402 ya se han graduado. En el Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas, 32 organizaciones han matriculado a 3,654 emprendedores de los cuales 2,082 ya se han graduado

-Maretzie Díaz, subsecretaria de Vivienda

“A grandes rasgos, lo que queremos es poner en manos de la gente cada uno de los beneficios que ofrecen nuestros distintos programas que van desde una casa nueva hasta un paquete de capacitación laboral para que se unan a la reconstrucción de Puerto Rico”, afirmó, para agregar que “el Departamento de la Vivienda no está solo… La reconstrucción nos toca a todos; debe ser un esfuerzo en conjunto. Al final del día, lo que todos queremos es tener un mejor Puerto Rico para las futuras generaciones”.

ONG participantes dan testimonio de su experiencia

La mejor forma de presentar los resultados alentadores es a través de las palabras de sus protagonistas. A continuación, cuatro entidades sin fines de lucro narran su experiencia con los fondos CDBG-DR y cómo están logrando sus objetivos para cumplir con su misión social.

Centro Alespi construye el Albergue Deportivo Alespi para jóvenes deportistas bajo los fondos CDBG-DR

En 1981, las hermanas de la orden Hijas de María Auxiliadora llegaron a Orocovis a encargarse del Colegio San Juan Bautista. Tiempo después, vieron la necesidad de crear un modelo educativo que sobrepasara lo académico, para lo cual fundaron el Centro Alespi, en 1992. Desde ahí, han brindado servicios a distintas comunidades en necesidad, principalmente, tras los desastres naturales que han trastocado la isla en los últimos años.

Han construido casas y servido de centro de acopio para una veintena de municipios del interior de Puerto Rico. Su compromiso con el servicio a los demás y la confianza que otras organizaciones sin fines de lucro han depositado en el Centro Alespi le ha permitido ser considerada como una de las instituciones a cargo de los procesos de reconstrucción bajo el programa de los fondos CDBG-DR.

Alespi es un centro educativo integrado con servicio a la comunidad, que va desde lo académico hasta el desarrollo personal, y cuyo nombre se compone de los tres elementos que lo rigen: la alegría, la educación y la promoción integral. “Alegría, porque si no se está contento, no hay aprendizaje. Estudio, porque son niños y jóvenes que están en la edad de estudiar. Promoción integral es sobre la persona, en su conjunto”, explicó sor María Ofelia Pérez, una de las fundadoras del Centro Alespi.

Del aspecto educativo está a cargo el colegio, mientras que los otros dos se atienden mediante el servicio comunitario y el programa Tardes en Alespi, que promueve el desarrollo de líderes, así como en las artes musicales y en los deportes, entre los que se incluyen baloncesto, voleibol, béisbol, atletismo y tenis de mesa.

Muchos de los jóvenes participantes del programa deportivo provienen de barrios o pueblos distantes, lo que dificulta su asistencia. Esto llevó a las hermanas sor Ofelia y sor Aracelis Reyes, directora ejecutiva de Alespi, a idear una vivienda que albergara a los atletas en el mismo terreno donde ubican el colegio y el centro, en el barrio Barros de Orocovis.

“Cuando llega la convocatoria de los fondos CDBG-DR, redactamos la propuesta, entendiendo que cumplía con el propósito de estos, tanto de vivienda pública como de interés social, y el de ellas de tener un lugar para estos chicos, sobre todo para quienes viven en áreas remotas”, comentó Carlos Torrado, coordinador del proyecto del Albergue Deportivo Alespi.

Tras su aprobación, el albergue se encuentra en la fase de diseño. Su apertura se proyecta para octubre del próximo año. Este consistirá de dos niveles, en el primero tendrá salón de entrenamiento y gimnasio, amplio comedor, cocina y baños en el primer piso, mientras que las habitaciones estarán en el segundo. Habrá una para féminas, otra para varones y una adicional entremedio destinada para los adultos supervisores. Cada cuarto estará habilitado con doce camas literas, permitiendo beneficiar hasta 24 atletas, simultáneamente.

Los fondos CDBG-DR no solo viabilizan este proyecto de vivienda, sino que promueven la economía desde su etapa inicial, impactando a los diversos contratistas que han de participar en la construcción del albergue.

Community Development Venture Capital Alliance ofrece asesoría y mentoría a empresas emergentes

La inversión de capital privado propicia el desarrollo comunitario, fomentando la reconstrucción económica de la Isla, afectada por los eventos naturales de los años recientes. A estos fines, una parte de los fondos CDBG-DR se han destinado para apoyar las entidades sin fines de lucro que trabajan a diario con incubadoras y aceleradoras de empresas emergentes.

La mayoría de los programas de incubación y aceleración se enfocan en el desarrollo de start-ups, aunque no siempre se completa su financiación. Es ese espacio que Community Development Venture Capital Alliance (CDVCA) pretende llenar con educación y asesoría individualizada, que ayude a las empresas participantes de su programa de incubación y aceleración a ser atractivas para los inversionistas.

“Identificamos un servicio enfocado en ayudar a los empresarios a lograr financiamiento. A los primeros que llamamos fue a los gestores de fondos que conocemos para que nos dieran una lista de compañías que, por alguna razón, decidieron no invertir en ellas. Este programa está para atender estos asuntos, que se pueden convertir en un obstáculo de inversión. Ese es nuestro enfoque”, contó Ernesto Villarini, director gerencial de Community Development Venture Capital Alliance, fundada en 1995 y con presencia local desde 2016.

El programa, que inició en septiembre del año pasado bajo los fondos CDBG-DR, se lanzó en marzo, luego de dedicar seis meses a su planificación. En octubre, el primer grupo de 15 participantes cumplió con sus adiestramientos grupales y asesoría individual. Posterior a eso, se organizan unas sesiones informativas, de educación adicional, dependiendo de las necesidades que se vayan viendo entre ellos. Al finalizar el periodo de duración de los fondos CDBG-DR, esperan haber impactado entre 60 y 75 compañías.

“Nuestro programa de incubadora y aceleradora fue diseñado para trabajar con aquellas empresas que han podido aprovechar otras oportunidades de incubación o que tienen cierta madurez y están en planes de expansión, por lo que necesitan de inversión de capital, educación financiera y asesoría sobre cuál es la mejor negociación para hacer crecer su compañía”, comentó Villarini, quien es doctor en administración de empresas, especializado en finanzas.

Community Development Venture Capital Alliance promueve el desarrollo económico mediante la educación, el adiestramiento, la creación de enlaces y alianzas, los esfuerzos de promoción, a nivel federal, y sus propios proyectos de inversión de capital. Aunque no favorecen a una industria particular, sus inversiones han sido mayormente en el sector de salud, en empresas del área de tecnología y de informática, así como en la manufactura.

“En algunas instancias, nuestro rol es identificar ese socio de negocio, en esa localidad en la que nosotros no estamos activos como inversionistas, y en otros lugares, como Nueva York y Puerto Rico, si manejamos capital e invertimos”, añadió Villarini.

Por otro lado, los fondos CDBG-DR del Departamento de Vivienda federal no permiten que sean utilizados para financiar inversiones o préstamos. Bajo el programa, se atienden a compañías con las cuales CDVDA no ha hecho inversión alguna, puesto que esta subversión es para propósitos educativos y de asesoría.

PathStone Corporation Puerto Rico asiste a miles de personas en programas de vivienda y empleo

Los procesos de recuperación en Puerto Rico, tras los pasados eventos naturales, se han trabajado desde varios frentes simultáneos. La asistencia económica por parte del gobierno federal le ha prestado especial atención a las personas y familias de escasos ingresos, para lo cual ha destinado los fondos CDBG-DR bajo programas que, específicamente, atienden el desarrollo económico de este sector y la obtención de vivienda segura.

En la implantación de esos programas, el Departamento de la Vivienda decidió contar con la experiencia y estructura que tienen las organizaciones sin fines de lucro que ya están insertadas en las comunidades y poblaciones a las que les sirven en la isla. Por tener limitaciones de recursos económicos, sus servicios llegan a un número limitado de participantes. Los fondos CDBG-DR viabilizan que los servicios comunitarios de estas entidades puedan beneficiar a más personas.

Una de estas es PathStone Corporation Puerto Rico, que llegó a Puerto Rico en 1998, tras el paso del huracán Georges. Desde entonces, trabaja en la construcción, rehabilitación y restauración de viviendas, en la asesoría en la adquisición de vivienda y en el desarrollo laboral con adiestramientos de capacitación para la obtención de un empleo.

“Nuestra principal misión es trabajar con familias de escasos recursos económicos. En el caso de vivienda, se pretende que todas las familias puedan acceder a un techo digno y seguro. Para lo que apoyamos con el desarrollo, construcción y operación de proyectos, tanto para alquiler como para la venta. Además, proveemos ese apoyo y acompañamiento mediante el Programa de Asesoría de Vivienda, que se nutre de educación, que la familia pueda tener los conocimientos para poder tomar decisiones, evitar el discrimen y que haya igualdad de acceso a una vivienda”, explicó María G. Rodríguez Collazo, directora del Programas de Asesoría de Vivienda de PathStone Corporation Puerto Rico.

En el programa de Desarrollo de Fuerza Laboral tienen distintas modalidades para diversas oportunidades de empleo, como para adultos mayores de 55 años de edad, para jóvenes en la construcción, dirigido a desertores escolares, a quienes se les adiestra en esta industria, mientras aprueban el cuarto año, y con los obreros agrícolas, cuyas cosechas son por temporadas. A estos se les adiestra para que puedan producir ingresos durante todo el año.

Hasta la fecha, los fondos CDBG-DR en PathStone Corporation Puerto Rico han alcanzado a 7,750 personas en el Programa de Asesoría de Vivienda, en los últimos tres años, y el de Desarrollo de Fuerza Laboral a unas 3,685, desde el 2021, mediante sus nueve oficinas entre Arecibo, Coamo, Juncos, Naranjito, Mayagüez, Bayamón y las tres principales en Ponce.

Adicional a sus programas, asiste al Departamento de la Vivienda con la evaluación de sus casos en el Programa de Asistencia Directa al Comprador y el Programa Re-Grow Puerto Rico, que son subvenciones económicas a los dueños de fincas.

“Todos los programas de PathStone se trabajan de una manera holística. Pretendemos que todas las familias reciban el apoyo necesario para poderlos estabilizar y conducirlos a la autosuficiencia, que es nuestra misión”, recalcó Rodríguez.

PRTEC impulsa el emprendimiento y la innovación

La restauración de Puerto Rico, tras los desastres naturales de los últimos años, requiere de un desarrollo económico que fomente esa recuperación de Puerto Rico. Es por ello que, además de atender los asuntos relacionados con la vivienda, los fondos CDBG-DR se destinan a la reactivación de la economía, promoviendo la adquisición de empleos y el empresarismo.

Una de las entidades sin fines de lucro con más pericia en este campo es el Corredor Tecnoeconómico de Puerto Rico (PRTEC) en Mayagüez, donde, hace 20 años, se dio el inicio del tema de las incubadoras en la isla. Su experiencia con empresas emergentes lo ha convertido en el embajador del desarrollo de esta industria tecnológica en la zona oeste.

“Hemos estado fomentando lo que es la economía del conocimiento y la innovación en la región. Lo más conocido es el programa de incubación, de los start-ups de tecnología. Recientemente, tenemos un segundo proyecto de incubación en el tema de agricultura, en tecnología agrícola”, contó Nelson Perea, director ejecutivo del Corredor Tecnoeconómico de Puerto Rico.

El programa de start-ups se divide en dos vertientes: el vivero tecnológico de V-Tech en Mayagüez, que es la incubadora de tecnología y la primera que se estableció en Puerto Rico, y el de proyectos agroecológicos en la Finca Explora, en Isabela. Esta comprende de unas 120 cuerdas, entre instalaciones y el terreno de siembra.

Desde mayo del 2021, el programa de incubadoras y aceleradoras de PRTEC comenzó a trabajar bajo los fondos CDBG-DR. En este se ofrecen una serie de talleres sobre cómo montar y desarrollar negocios y el apoyo individualizado, proyecto a proyecto, para elaborar un plan de trabajo. Además, le proveen a los participantes actividades que fomenten el networking, con invitados, presentaciones y charlas, y se les brinda acceso a espacios físicos para reuniones, disponer de una oficina y en donde arrancar. “Sabemos lo que ellos necesitan, cómo ayudarlos y tenemos un ecosistema de apoyo montado y listo para los participantes que entran”, comentó Perea.

El otro programa que está corriendo bajo los fondos CDBG-DR es el Ready to Work, que se ha desarrollado desde el 2014 para atender a poblaciones desempleadas y subempleadas, capacitándolas en informática y manufactura avanzada. “Los ayudamos a mejorar su perfil de destrezas para conseguir empleo en los clusters aeroespaciales y de dispositivos médicos en Puerto Rico. Nos reunimos con los patronos de las industrias que apoyamos y tenemos sus necesidades identificadas”, explicó.

Hasta la fecha, se están impactando a 30 start-ups, entre ambas vertientes del programa de incubadoras, de las cuales 15 de estos ya se graduaron. A este paso, PRTEC espera haber incubado unas 100 empresas emergentes al cabo de la fecha límite de los fondos, que duran cinco años. Unos 100 solicitantes fueron elegibles para recibir los adiestramientos, cuyos cursos comenzaron con 40 participantes entre informática, inglés y la preparación para obtener la certificación de Green Vent. La meta es haber adiestrado a 1,000 personas.

Para más información sobre los programas de los Fondos CDBG-DR, visita la página web: cdbg-dr.pr.gov.