En Puerto Rico, el año comienza —y la Navidad termina— con las Fiestas de la Calle San Sebastián. El Viejo San Juan se llena visitantes que disfrutan de artesanías, música, ofertas gastronómicas y, sobre todo, mucho alcohol. Esta exposición y consumo de tragos, cervezas y shots ha provocado que muchos terminen intoxicados, como sucedió en el 2016, según reportó El Nuevo Día.

Esa exposición —ya sea en el hogar, porque los padres lo consumen o en la calle por la presión de grupo de los amigos— es la razón por la que los jóvenes comienzan a consumir alcohol, sostuvo el doctor Javier Cancel, consejero en adicciones del Hospital Panamericano.

Mayormente es a los trece años cuando se da ese primer contacto con el alcohol, lo que suele traer varias complicaciones, de acuerdo con Cancel.

“En la adolescencia el cerebro está creciendo y aprendiendo. Si esto lo combinamos con el pobre control de impulsos que viene con esa etapa, y a eso le añadimos el alcohol, es un problema. El alcohol disminuye la capacidad para tomar decisiones y saber qué es bueno y qué es malo. Todo esto puede aumentar también la probabilidad de desarrollar alcoholismo”, indicó el especialista.

Las complicaciones del consumo de alcohol en adolescentes

Al principio, explicó Cancel, el alcohol puede ser un estimulante, pero cuando se aumenta el consumo, se convierte en un depresivo.

“Algunas de las condiciones que trae el consumo excesivo del alcohol son depresión, ansiedad y daños a nivel físico. El alcohol también puede traer hipertensión, diabetes, problemas del hígado y renales”, agregó el consejero.

Muchos piensan que al momento de consumir alcohol se debe comer para evitar una intoxicación. Sin embargo, Cancel aclaró que tener comida en el estómago no evita que esto ocurra.

“Cuando un joven se intoxica, es porque el cuerpo no puede manejar la cantidad del alcohol, por lo que se activan ciertos mecanismos de defensa para evitar que ese líquido entre al cuerpo. Ahí vemos que la persona comienza a vomitar para expulsar ese químico”, dijo.

Alerta a las señales en tus hijos

Cancel mencionó que algunas de las señales que le pueden indicar a un padre o madre que su hijo está tomando alcohol es que tenga dificultad para hablar, emanar olor a alcohol, encontrar botellas o latas escondidas o si los padres tienen bebidas en la casa, pueden notar que les falte, porque alguien las está consumiendo. A esto añadió tomar en cuenta lo que otras personas que interactúan con ese joven —como vecinos o amigos— puedan decirle de su hijo.

Las herramientas para trabajar el problema en familia

Una vez los padres identifiquen estas señales, se recomienda buscar ayuda para evitar complicaciones.

“Con esto no se puede titubear mucho. Si los padres ven que esto les trae problemas físicos o emocionales, que su hijo está depresivo o ansioso, rápidamente hay que buscar un profesional que les dé la mano. Hay muchos especialistas preparados para trabajar con estas situaciones. Aquí lo más importante es velar por la seguridad del joven”, alertó.

Es importante que los padres eduquen a sus hijos sobre todos los efectos negativos que conlleva el consumo excesivo de bebidas alcohólicas para que estén conscientes de que esto les puede traer problemas físicos y emocionales. El hecho de que estén orientados los puede ayudar a decidir no consumir alcohol cuando los padres no estén con ellos durante las Fiestas de la Calle San Sebastián, por ejemplo. No obstante, Cancel recomendó que los padres monitoreen a sus hijos en este tipo de actividades.