Si tu pareja controla tus salidas, tu forma de vestir, cuestiona con quien te relacionas y hasta llega a evitarlo, actúa impulsivamente ante situaciones inesperadas, te grita y te golpea, es momento de buscar ayuda.

Si eres tú quien ejerce este tipo de control, debes examinarte con un especialista de la salud mental y evitar más daño a la persona que te acompaña.

Y es que todas estas son señales de un comportamiento abusivo característico de la violencia de género, según coinciden la directora de enfermería del Hospital Panamericano, Jennifer Torres, y Peter González, psicólogo clínico en la misma institución.

La violencia de género puede implicar abuso físico, emocional y sexual. Es descrita por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud pública y una violación de derechos humanos que provoca miles de muertes al año, principalmente de mujeres.

Quienes sobreviven una relación de violencia, sufren daños emocionales con consecuencias en todos los ámbitos de su vida.

“Hay altas posibilidades donde todo lo que sea salud mental y salud física de la víctima se vea trastocado por este tipo de violencia, desde baja autoestima, inseguridades y sentimientos de culpa”, enumeró Torres.

Además, puede incurrir en otras conductas nocivas, como consumo de drogas no prescritas y abuso de alcohol, agregó.

El ciclo de la violencia de género

La profesional de salud mental describió como un patrón cíclico el comportamiento de la persona que agrede: actúa impulsivamente, realiza amenazas y luego, pide disculpas, se justifica y promete que no volverá a ocurrir.

Este patrón, conocido también como el ciclo del maltrato, es precisamente lo que dificulta que muchas personas puedan salir de relaciones de violencia.

A eso se le suma el miedo. “Hay mucha dependencia psicológica y, hasta cierto punto, la víctima se siente culpable y hasta responsable del comportamiento de su pareja”, observó la profesional de salud mental.

“Tenemos que tener claro que la razón de ser de las relaciones de pareja no es que una de las partes sea maltratada; es poder llevar a cabo una vida de manera saludable. Para salir, es importante que la persona identifique recursos de apoyo. ‘¿A qué lugar yo voy a llegar? ¿A qué persona yo voy a llamar?’”, recomendó Torres.

El psicólogo clínico Peter González resaltó la solidaridad de las familias y allegados a las víctimas como claves en el proceso.

“La persona que está buscando salir del ciclo de la violencia tiene que entender que una relación de este tipo la puede matar. Tiene que pensar: ‘Primero me quiero yo, y a los míos, y la pareja que tengo me está haciendo daño'", acotó González.

Para el especialista, es una realidad que hay que resaltar. Tan solo este año, en la isla, 21 mujeres y un hombre han sido asesinados, según estadísticas de la Policía de Puerto Rico, por sus parejas o exparejas, una cifra catalogada por diversas organizaciones como una crisis de salud pública.

“En Puerto Rico, los varones que mueren asesinados, mueren principalmente por asuntos vinculados a drogas o por encargo. Las mujeres que mueren asesinadas, mueren porque sus parejas o exparejas las matan”, añadió González para ilustrar la concepción social de que las mujeres deben aguantar en una relación de abuso, lo que muchas veces les cuesta la vida.

Es posible superar el trauma

Una persona que ha salido de una relación de abuso necesita reconstruir su autoestima, señaló González.

“Las personas, cuando salen de este ciclo, tienen que tener cuidado de no caer en otra relación inmediatamente porque podrían repetir patrones. Hay que trabajar mucho con amor propio y con las ideas irracionales sobre la necesidad de ser querido y tener una persona que me acompañe siempre; entender que nadie es mi dueño, ni me controla. Es necesario que la persona se apodere de su ser y sí, puede rehacer su vida sola o con una nueva pareja en una relación saludable”, sostuvo.

Tanto González como Torres coincidieron en la importancia de la educación para romper tabúes sobre la salud mental y las concepciones sociales de los roles de género.

Si estás en una situación de emergencia, llama al 9-1-1. Si necesitas ayuda para salir de una relación de violencia, llama al Hospital Panamericano al 787-739-5555 (24/7) y 1-800-981-1218 (libre de costo), o a la Línea de Orientación de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al 787 722-2977.