Cuando se come un helado, ¿le duelen los dientes? ¿Qué tal cuando se toma un café caliente? ¿Sangra al cepillarse?

Si respondió en la afirmativa a cualquiera de las preguntas, puede que padezca de sensibilidad dental y de inflamación y sangrado en las encías. Estas son las primeras señales de enfermedades periodontales como la gingivitis –una etapa inicial con los síntomas antes descritos– y la periodontitis –una etapa más grave que puede terminar por destruir su dentadura–.

La sensibilidad dental y la inflamación y sangrado de encía son condiciones comunes. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi la mitad –47.2%– de los adultos mayores de 30 años lidia con estos síntomas.

Identificando la causa

Hay una relación de dependencia entre los dientes y las encías. Supongamos que los dientes son bloques y las encías el cemento que los mantiene fijos.

En la medida en que el cemento (las encías) se deteriore, existe el riesgo de que los bloques (los dientes) se quiebren, se ahuequen (con la formación de caries, por ejemplo) o se caigan. El responsable de ese deterioro es la placa (o sarro, como también se le conoce).

La placa es un sedimento residual que se adhiere al esmalte (una capa que protege los nervios de los dientes) y que se acumula en pequeños espacios en las encías. Esta se forma por bacterias que llegan a la boca cuando nos alimentamos.

A mayor presencia de placa, mayor es la probabilidad de que se desgaste el esmalte y de que veamos inflamación y sangrado en las encías –o gingivitis–. El desgaste del esmalte, a su vez, provoca sensibilidad dental.

La Asociación Dental Americana sostuvo que al desgastarse el esmalte que protege la corona (la parte de los dientes que nos cepillamos) o el cemento que protege la raíz (la parte de los dientes que no vemos y que está incrustada en las encías) queda expuesta la dentina.

“La dentina es menos densa que el esmalte y el cemento y contiene túbulos microscópicos. Cuando la dentina pierde su capa protectora de esmalte o de cemento, estos túbulos permiten que el calor y el frío lleguen a los nervios del interior del diente”, explicó la asociación. La exposición de los sensibles nervios dentales a esas temperaturas es lo que causa una reacción de dolor.

Además de la sensibilidad dental y la inflamación y sangrado de encías, la acumulación de placa –de dejarse desatendida– puede agravarse en periodontitis: una complicación de la gingivitis que implica una infección de los tejidos de las encías.

“En etapas avanzadas, la enfermedad periodontal puede provocar dolor y sangrado en las encías, dolor al masticar e incluso pérdida de dientes”, señaló el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial.

Disponible una solución

Para evitar llegar al peor punto es importante mantener una estricta higiene bucal: cepillarse dos veces al día, usar hilo dental una vez al día y visitar una oficina dental dos veces al año.

Pero si ya sufre de sensibilidad dental y de inflamación y sangrado en las encías, es momento de programar una cita con su dentista, quien podrá recomendarle una pasta de dientes desensibilizante como la Sensodyne Sensitivity & Gum, que fue formulada para atender las dos condiciones.

Por un lado, la pasta desensibilizante Sensodyne Sensitivity & Gum localiza y ataca las bacterias que forman la placa –al tiempo que ayuda a removerla–. Por el otro, forma una capa que cubre y protege las áreas sensibles del diente –aquellas que han perdido el esmalte–. El resultado final es doble: un alivio de la sensibilidad dental y una mejora en la salud de las encías.