Sevilla, España. Un nocaut en la cancha y otro en las gradas. Así fue la experiencia para los fanáticos de Puerto Rico que se dieron cita al Pabellón Sevillano de los Deportes para ver el primer partido del Equipo Nacional en la Copa del Mundo FIBA 2014.

Al menos medio millar de boricuas posiblemente se dieron cita al partido pero en la tarde tuvieron muy pocas razones para celebrar porque tanto Argentina como las reglas de ingreso a los recintos donde se juega el torneo le dañaron la fiesta.

“No nos dejaron entrar los panderos. Veníamos cantando en la entrada y cuando llegamos al chequeo para ingresar nos dicen que no se pueden traer panderos ni banderas grandes ni nada. Así fue en Turquía también pero allá logramos entrarlas. Acá debimos haberlas dejado guardadas hasta que ingresáramos al partido”, dijo Rafael Pérez, de Hato Rey, quien intentaba entrar al coliseo media hora antes del partido.

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La escena se repitió para todos los puertorriqueños que trataban de traer su música. Lo único que sí tendría acceso sería la voz para el grito de guerra “Oé, oé oé oé oé, Oé, Oé”, que se llegó a escuchar una vez en la tarde, o para el pedido de “d-fense”, que también sonó una vez. Pero realmente la voz solo sirvió en la tanda para cantar “La Borinqueña” en la apertura y para aplaudir a los seleccionados cuando fueron presentados. El resto de la fiesta en la tarde perteneció a los argentinos.

“¿Dónde están Danny (Santiago) y (Jorge Bryan) Díaz?”, le reclamó un fanático boricua a la prensa isleña que más cerca ubicaba desde su grada en el coliseo. “¿Los trajimos a pasear?”.

Su reclamo llegó al cierre de la primera mitad cuando Puerto Rico perdía por siete puntos, 45-38. Su pedido fue satisfecho luego en la segunda mitad pero sin mucha suerte. Los boricuas perdieron el tercer tiempo por 24-11 y el final por 29-26 para caer vencidos por 23, 98-75.

Para muchos de los boricuas en las gradas lo peor era ver el lenguaje corporal de los jugadores.

“Ojalá y puedan botar el golpe y vengan a jugar mañana (el domingo). Pero a la verdad fue un poco frustrante ver que en cancha se veían perdidos… derrotados”, dijo José Rivera, de Aibonito, lamentando que un juego tan desastroso le recibiera en el partido inaugural de lo que define como una vacación de ensueño que conllevó mucho sacrificio que incluyó quedarse varados en uno de los viajes a la ciudad.

Mientras, para el guaynabeño Max Díaz, la derrota lo descorazonó.

“No me la esperaba. Al menos no tan abierta. Entendía que teníamos el material para ganarles. Pero los muchachos no vinieron a jugar. Un juego muy individual para jugar ante un equipo tan colectivo como Argentina. Fue terrible”, dijo Díaz, confundido también por como Carlos Arroyo estuvo apagado todo el juego.

Díaz además lamentó que por lo menos por el juego de ayer no pareciera buena idea el atrevimiento que tuvo el dirigente Paco Olmos de no iniciar un partido con Arroyo y José Juan Barea jugando en el cuadro regular.

“Soy de los que siempre he pensado que no deben iniciar juntos y hoy ese cuadro inicial no funcionó. Ahora mismo lo que vi me preocupa mucho. Fíjate que uno puede perder un juego y botarlo y seguir adelante pero lo que vi en cancha fue los rostros de un personal derrotado y cansado. Si siguen así no pinta bien la cosa”, agregó Díaz.