José Alvarado finalmente recibió el lunes la luz verde para integrarse a la rotación de los Pelicans de Nueva Orleans. Estuvo en cancha 15 minutos, aportó cinco puntos y repartió tres asistencias en el triunfo 129-93 sobre los Kings de Sacramento. También cometió dos pérdidas del balón.

Para Alvarado, la espera fue eterna pues la recuperación de una lesión en un tobillo fue más extensa de lo anticipado. Después del partido, dijo sentirse aliviado por la oportunidad de estar en uniforme nuevamente.

“Mucha emociones. Obviamente, estuve fuera por un tiempo prolongado y esta noche (el lunes) es el aniversario de la muerte de mi abuela hace siete años, así que tenía eso en la mente y lo afortunado que soy de ponerme una camiseta para jugar en una cancha de la NBA”, reaccionó Alvarado.

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El armador de ascendencia puertorriqueña perdió la parte final de la pasada temporada con Nueva Orleans después de sufrir una lastimadura en la tibia de la pierna derecha el 27 de febrero. Eso provocó que los Pelicans no le permitieran jugar con Puerto Rico durante la pasada Copa del Mundo FIBA.