Gary Browne gana su primer campeonato en el BSN y ya piensa en repetir: “Quiero ganar otro”
El experimentado armador superó múltiples lesiones en las pasadas dos temporadas antes de alzar su primer título con los Vaqueros.

PUBLICIDAD
Bayamón. Gary Browne había jugado una década en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) y competido en varias ligas alrededor del mundo, pero nunca había probado el dulce sabor de ganar un campeonato como profesional.
Eso cambió el lunes, cuando los Vaqueros de Bayamón sumaron a sus vitrinas un decimoséptimo campeonato al derrotar, 82-68, a los Leones de Ponce en el quinto juego de la final, celebrado en el Coliseo Rubén Rodríguez.
El armador de 32 años anotó 16 puntos, repartió ocho asistencias y atrapó seis rebotes en el histórico triunfo.
Relacionadas
“Estoy eternamente agradecido con el Señor. No me pude disfrutar la temporada, pero Dios sabe cuáles son sus planes conmigo. Agradecido eternamente con la fanaticada de Bayamón por abrirme los brazos, especialmente Christian Dalmau, Carlos Arroyo y Eric Duars”, expresó Browne en un aparte con los medios en plena celebración.
“Ganar el campeonato representa muchas cosas. A veces pienso que la gente se confunde y piensa que es solo un trofeo, pero realmente esto es el compromiso de un grupo de personas, ya sea desde el que da agua hasta el coach, con una meta, que es ganar un campeonato. Se creó una hermandad, una familia y momentos inolvidables entre las personas que decidieron trabajar por esta meta. Realmente, esto no se compara a ningún logro que he tenido en mi carrera. Yo soy de Puerto Rico. Por hacer esto frente a mi familia y todo aquel que me apoyó desde el primer día, es algo que nunca se me va olvidar”, abundó.
Los Vaqueros adquirieron al experimentado base en junio del año pasado mediante un cambio en el que envió al cubano Ysmael Romero y a Jovari Josiah a los Mets de Guaynabo. Además del armador, Bayamón recibió a E.J. Crawford, Brandon Boyd, un turno de segunda ronda en el Sorteo de Nuevo Ingreso 2025, selecciones de primera ronda en 2026 y 2027, y los derechos de reserva del refuerzo DeMarcus Cousins.
Browne fue el único de esos jugadores que se mantuvo en la plantilla de la franquicia más ganadora en la historia del BSN esta temporada. Pero eso no significó que su camino para ganar su primer anillo fue uno fácil. Todo lo contrario.
“Nunca perdí la fe”
El ex Jugador Más Valioso del BSN no vio acción en su primera campaña con los Vaqueros debido a que continuaba recuperándose de una lesión en la rodilla izquierda que sufrió mientras militaba en la liga de Australia con el South East Melbourne Phoenix, que empeoró cuando se reportó a los Mets.
Este año quería dejar atrás el fantasma de las lesiones, pero molestias en el hamstring (isquiotibiales) lo limitaron a 17 partidos en la serie regular, donde promedió 9.8 puntos, 3.2 rebotes y 3.8 asistencias por cotejo.
“Dios sabe la razón por la cual hace las cosas. Me pasaron cosas al principio de la temporada que todos sabíamos que iban a pasar, pero en el momento clave pude mantenerme saludable y ayudar al equipo a ser campeones”, declaró Browne.
Gary Browne corta la malla de uno de los canastos del quinto juego de la final del BSN. Su primer campeonato en el BSN. @primerahora #BSN pic.twitter.com/WAqNzj2IE7
— Joseph Reboyras (@Reboyras_) August 12, 2025
Y así fue. El canastero no se perdió ninguno de los 16 encuentros que Bayamón disputó en los playoffs y fue determinante en noches como la del lunes, cuando los refuerzos no eran tan efectivos como de costumbre. Nunca se quitó, a pesar de las batallas que tuvo dentro y fuera del tabloncillo.
“Nunca perdí la fe. Siempre oré. Siempre me mantuve siendo fiel creyente del Señor. A veces uno como jugador quiere cosas, pero uno no sabe lo que Dios tiene para ti. Solamente, tienes que seguir y confiar en el trabajo que has hecho. Yo he trabajado y me he sacrificado mucho. Mi prima se murió de cáncer hace dos semanas. Estuvo batallando por dos años. No pudo estar aquí esta noche, pero estoy contento por poder celebrar esto aquí”, sostuvo.
Browne fue el mariscal de campo de un equipo que tuvo etiqueta de favorito desde antes del inicio del torneo. Con las firmas de Chris Duarte, Danilo Gallinari y JaVale McGee, los Vaqueros eran, sin duda, el equipo a vencer.
Bayamón necesitaba a un jugador capaz de manejar esa explosiva ofensiva, que por sí sola no garantizaba el éxito. Browne se encargó de mantener esa máquina a toda marcha, y lo hizo bajo las miradas de los exarmadores Christian Dalmau, su dirigente, y Carlos Arroyo, su coapoderado.
“Estar de la mano de Christian Dalmau, que representó a Bayamón de la mejor manera posible como armador titular, me ayudó. Estuvo ahí día a día creyendo en mí. Es una bendición. Son momentos inolvidables que uno pasa con gente legendaria de nuestro país. Me estoy gozando esto, pero esto es como un vicio porque quiero ganar otro”, admitió.
“Ahora hay que descansar y comprometernos con el equipo de la misma manera que hicimos esta temporada para repetir el próximo año”, continuó.