Sin mucha celebración, los Vaqueros llegan a otra final enfocados en el campeonato: “El trabajo no ha terminado”
El dirigente Christian Dalmau y los jugadores de Bayamón decidieron esperar a la conclusión de la próxima serie para festejar.

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Bayamón. Cuando sonó la chicharra final y empezaron a lanzar un sinnúmero de cintas largas azules y blancas en cada esquina, las más de 10,000 personas que acudieron la noche del miércoles al Coliseo Rubén Rodríguez enloquecieron.
Era oficial. A un año de haber estado en el sótano, los Vaqueros de Bayamón avanzaron a la gran final del Baloncesto Superior Nacional (BSN) tras derrotar, 92-75, a los Cangrejeros de Santurce en el séptimo juego de la final de la Conferencia A.
Había razones de sobra para celebrar. Bayamón estará presente en el baile de coronación por vigesimosexta ocasión y buscará levantar el anhelado decimoséptimo campeonato en la historia de la franquicia. Por eso, era más que entendible la euforia en la que estalló el público, muy distinto a lo que sucedió en el camerino local.
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Los Vaqueros festejaron brevemente con su afición el pase a la serie de campeonato en el tabloncillo y mientras se dirigían al túnel que conduce a los vestuarios del Rubén Rodríguez, pero allí la fiesta no escaló. Todo lo contrario. No hubo derrames con candungos de agua fría o bailes como cuando los Leones de Ponce poncharon el martes su boleto a la final.
Bayamón, que desde el inicio del torneo tuvo etiqueta de favorito, entendía que solo había terminado una serie intensa con los Cangrejeros, pero el trabajo no había terminado. Después de todo, Carlos Arroyo no armó este equipo solamente para llegar a la final.

Christian Dalmau, dirigente de los Vaqueros, parecía que había ganado un partido más en la temporada regular. No tenía ni una gota en su ropa cuando atendió a la prensa, como el técnico Carlos Rivera que estaba empapado de pies a cabeza después de la clasificación de Ponce.
“Lo que pasa es que esto no se acaba hasta que termine la final”, confesó Dalmau a preguntas de Primera Hora sobre su tranquilidad luego de salir vivos de una reñida serie con Santurce. “Estoy bien contento porque estamos en la final y eso es algo que no todo el mundo tiene la bendición de llegar, pero todavía el trabajo no ha terminado. Nosotros queremos llegar campeones y Ponce está jugando un excelente baloncesto. Hoy (ayer) disfrutamos un poquito, pero ya mañana nos tenemos que enfocar en lo próximo”.

La compostura del técnico era válida. Desde que Arroyo y Eric Duars adquirieron a la franquicia de Bayamón, todos consideraban que este sería el equipo a vencer. La contratación de los refuerzos Chris Duarte, Danilo Gallinari y JaVale McGee los ponía en un nivel que quizá nunca había sido visto en el BSN.
Cumplieron con esas altas expectativas la noche del miércoles cuando más contaban los minutos. Duarte anotó 22 puntos; McGee, 20; y Gallinari, 18; para un total de 60 unidades. Al final, ni Santurce con Nelson Colón pudo detener al trío de importados de la Ciudad del Chicharrón.
“Nos quedan cuatro victorias más. Estamos en la final. Ganamos una gran serie, pero todavía esto no se ha acabado”, señaló el mentor de Bayamón.
“Para poder ganar, ellos (Duarte, McGee y Gallinari) tenían que tener un buen juego. Ellos entendieron la urgencia del partido. Era ganar o te vas para tu casa y, luego de un juego como el de Santurce en el que nos dominaron, vinieron con mucha confianza a nuestra casa. Yo estaba tranquilo porque entendía que íbamos a ganar. No importa por cuánto, pero no pensamos en que sería por esta cantidad. Nunca se puede pensar en eso”, abundó.
Ahora los Vaqueros se medirán a unos inspirados Leones, que vienen de eliminar a los Indios de Mayagüez en la final de la Conferencia B y a los Piratas de Quebradillas en los cuartos de final. Como en las series anteriores, Bayamón será el favorito, pero Dalmau considera que la presión será para ambos lados y no solo para el campeón de la Conferencia A, como mencionó el estratega de los melenudos.
“No importa lo que yo diga, todos los que estamos aquí queremos ganar, así que la presión es para nosotros y ellos porque todos queremos ganar. Cada quien tiene su opinión, pero ellos quieren ganar al igual que nosotros”, comentó.
“El Rubén Rodríguez es un lugar bien especial”
Además de que los Vaqueros tienen una plantilla para ganarlo todo, también están invictos en el “Rancho” en lo que va de la postemporada con marca de 8-0. Santurce, que nunca perdió en el Coliseo Roberto Clemente, fue dominado todas las veces que viajó a Bayamón.
El armador Gary Browne, quien irá a su primera final con los Vaqueros y ha jugado en Israel, Turquía, Italia y Australia, describió lo que hace especial al “Rancho”.
“Para serte bien honesto, yo he viajado el mundo y jugado en escenarios bien grande, pero siempre he dicho que el Rubén Rodríguez es un lugar bien especial. Lo digo más por la fanaticada. El Rubén Rodríguez es un lugar que hace que el que juega para Bayamón se sienta casi invencible. Es la franquicia más ganadora con 16 campeonatos, ¿qué te dice? Que tiene a la mejor fanaticada y es por algo. Es una bendición poder hacer tu trabajo y que tengas ese apoyo incondicional”, compartió Browne.

Ponce se tendrá que medir a ese ambiente hostil cuando visite este domingo el Coliseo Rubén Rodríguez para el primer juego de la final del BSN. La última vez que estas dos franquicias se enfrentaron en este escenario fue en 2002, cuando los Leones ganaron el cetro bajo la tutela del fenecido Carlos Mario Rivera.