El del veterano derecho de los Leones de Ponce, Fernando Cabrera, no es el mismo caso del veterano derecho de los Cangrejeros de Santurce y de los Reds de Cincinnati, Fernando Cruz.

Cruz fue una de las mejores historia de boricuas en el béisbol en el 2022, al ser ascendido por primera a las Grandes Ligas a los 32 años, luego de años de perseverancia en las ligas menores, en el Béisbol Superior Doble A y la Liga Profesional de Puerto Rico Roberto Clemente.

Con Cabrera es disitinto porque, además de que tiene 41 años, nadie le quitará lo baila’o en las Grandes Ligas durante siete temporadas, principalmente con los Indios de Cleveland.

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Pero Cabrera, quien no juega en el béisbol de Estados Unidos desde el 2013, es de los que dice “uno nunca sabe las sorpresas que da la vida”, al referirse a una posible llamada de alguna organización de las Grandes Ligas. Y dijo que se mantiene en forma por orgullo, por dar ejemplo y por si acaso entra al celular una llamada interesante.

“Se lo digo a los muchachos (compañeros de equipo): ‘Mira Fernando Cruz. Uno nunca sabe’. Hay que estar listo porque uno nunca sabe”, dijo.

Fernando Cabrera combina recta, con slider, cambio y bola de tenedor.
Fernando Cabrera combina recta, con slider, cambio y bola de tenedor. (Suministrada)

El derecho de 41 años tiene marca de 3-0 y efectividad de 2.00 en 27 entradas con los Leones. Su más reciente triunfo fue contra RA12 el miércoles, en la que tiró cuatro entradas en blanco antes de permitir tres carreras en la quinta de la eventual victoria 6-3.

Su efectividad a los 41 años en la liga profesional se reduce a lo que él llama “su respeto por el juego”, al referirse a presentarse a jugar cada cinco días preparado física, mental y estadísticamente durante el trabajo que realiza a diario en el bullepen, en el gimnasio, en el camerino.

“Me he sentido bien. Llevo muchos años jugando y lo hago con respeto al juego y en la forma en que me gusta competir. Me gusta entrenar, prepararme en la misma forma de aquellos tiempos. Sabemos que los tiempos pasan y no son en vano. Físicamente, uno no es el mismo de antes, pero mentalmente es más fuerte. Eso vale mucho. Así que trato de prepararme lo mejor posible para dar lo mejor de mí dentro del terreno de juego, no bajar la intensidad. Gracias a Dios ha funcionado hasta el día de hoy”, dijo.

Cabrera firmó como profesional en el 1999. Debutó en las Grandes Ligas en el 2004.

El dirigente de los Leones, Edwin Rodríguez, ha dicho que apuesta a Cabrera contra cualquier otro jugador en términos de preparación. El jugador dijo que se reta al máximo entrenando con su sobrino, el relevista Jonathan Pacheco, de los Arenosos de Camuy, quien recién salió de universidad.

“Ellos tienen una energía y motivan a uno, y ya tengo una rutina”, dijo.

La velocidad de Cabrera está entre 87-88 millas por hora, dijo Rodríguez, lo que es suficiente cuando se combina la recta con el slider, cambio y bola de tenedor que también lanza el derecho, agregó Rodríguez.

El taller de la Doble A también ha sido clave para que Cabrera esté lanzando de la manera en que lo hace a los 41 años y en una liga profesional. Previo a pertenecer a los Arenosos, Cabrera fue estrella de los Toritos de Cayey, con quien tuvo varias de las mejores temporadas en la liga en las campañas del 2017 y 2018.

El taller de la Doble A es el que también benefició Cruz, así como otros jugadores entre los que se destaca el receptor René Rivera para ascender o regresar a las Grandes Ligas.

Nuevamente, Cabrera dijo que todo se reduce a respetar el juego.

“A tener respeto al juego uno hace las cosas bien. Me preparo por mí, por dar lo mejor. Si tú respetas el juego, el juego te respeta de vuelta. Lo hago por mí. Por pararme en el montículo y seguir recibiendo oportunidades. Si tengo la oportunidad de lanzar en la Invernal, en la Doble A, en el Organizado, de mí siempre van a tener un nivel de competencia”, dijo.