El 2021 lleva poco más de un mes y ya el pelotero boricua Enrique “Kike” Hernández ha tenido múltiples cambios en su vida: cambió de equipo, de dirigente, de uniforme, de liga y más importante que todo, se convirtió en papá.

El timbre de voz del jovial Hernández, conocido por su buen ánimo y su gran sentido del humor durante las pasadas seis temporadas con los Dodgers de Los Angeles, se transforma al preguntársele sobre el mayor cambio de su vida, el de convertirse en padre.

“Hasta ahora, ser papá me ha afectado en que tengo sueño por el día”, dijo Hernández con su humor usual. “Ha sido una bendición de verdad. Pero la gran diferencia ahora es que la pelota dejó de ser lo más importante en mi vida”.

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Hernández y su esposa, Mariana Vicente, recibieron a Penélope Isabel el pasado 15 de enero. Kike dijo que se ha mantenido ayudando a su esposa y disfrutándose a la bebita en los días que le restan hasta que tenga que partir a los campos primaverales este mes.

Confesó que el béisbol, un juego en el que se falla mucho, a veces llegar a casa luego de un día en el que se va de 4-0 en el plato es un poco difícil para él y a veces hasta para los que le rodean.

“Ahora llegar a casa, con la bebé, eso cambiará. Porque se acabó el juego y llegaré a atender a mi bebita. Eso es como si me hubiese ido de 10-10. De verdad que estoy loco por empezar a jugar pelota otra vez para vivirme la experiencia de papá pelotero”, manifestó Hernández.

Confesó que ya se ha ‘gozado’ varios dolores de espalda “bien chéveres” por estar cargando a su primogénita todo el día, y abiertamente dice estar ‘enchulao’.

“Obviamente, todavía no la tengo que perseguir porque está pequeñita, ni se vira aún. Pero soy un papá activo, presente”, indicó. “Y estoy conciente de que una vez comience la temporada y nos vayamos de ‘road trip’ las cosas cambiarán y no podré ayudar como en estos días. Estoy aprovechando en estos días pero la cosa con ella es que si la acuestas o la pones en la sillita empieza a llorar porque quiere estar cargada todo el día”, dijo con un gusto palpable.

Contó que al momento, a Mariana le toca levantarse la primera ocasión para alimentar a Penélope y la segunda de la noche le toca a Kike. Pero con los entrenamientos primaverales a la vuelta de la esquina, ya comienza a pensar en maneras de mantenerse cerca de sus tesoros cuando le toque salir a trabajar.

“Hay muchas cosas que se han inventado. Pero después de la cuarentena, yo, que nunca hacía FaceTime, me he dado cuenta de que es de lo mejor que se han inventado. De lejitos la familia se siente de cerca. Y los road trips son de una semana máximo, así que se van a ir rapidito. Creo que lo voy a poder manejar bien”, dijo el nuevo integrante de los Medias Rojas de Boston.