NUEVA YORK.-  Una empresa pagó más de 100 millones de dólares en sobornos a dirigentes de la Conmebol por los derechos de transmisión dela Copa América, reveló una investigación del Departamento de Justicia estadounidense.

Un jurado de instrucción de la Corte este del Distrito de Nueva York acusó a los dirigentes de cobrar cuantiosos sobornos para adjudicar los derechos de mercadeo y transmisión televisiva de la Copa América de 2015, 2019, y 2023, así como de la edición especial en 2016 en Estados Unidos que se organiza para festejar el centenario de ese torneo.

En una resolución de acusación presentada a esta corte el pasado 20 de mayo, se detalla la celebración de un contrato entre la Conmebol y una empresa creada en 2013, llamada Datisa, a la que se le otorgaron los derechos "comerciales a nivel global y exclusivos" de las cuatro Copas América.

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Para conseguir esos derechos, Datisa pagó 100 millones de dólares de sobornos "a funcionarios de la Conmebol", dice la acusación: 20 millones por la firma del contrato, que data de 2013, y 20 millones por cada una de las cuatro Copas Américas siguientes, incluyendo la edición de la Copa América Centenario.

Cada pago de 20 millones tenía que ser dividido así: "tres millones para tres altos funcionarios de la Conmebol (su presidente y los presidentes de las asociaciones de fútbol de Argentina y Brasil); 1,5 millones para los otro siete presidentes de las federaciones de fútbol restante y 500.000 dólares a un funcionario adicional", dice la acusación.

Entre quienes recibieron los sobornos de parte de Datisa están Eugenio Figueredo, Rafael Esquivel, Nicolás Leoz y José María Marín. Figueredo, Esquivez y Marín fueron arrestados el miércoles en Zúrich, donde estaban para acudir al congreso general de la FIFA, mientras que las autoridades estadounidenses pidieron la extradición de Leoz, ex mandamás de la Conmebol que vive en Paraguay.

La resolución de acusación dice que hacia 2009 o 2010, seis de los 10 presidentes de las asociaciones de fútbol que conforman la Conmebol "formaron un bloque para tomar control de las decisiones sobre la venta de las propiedades comerciales" del organismo.

Este grupo de presidentes, dice la acusación, fue liderado por el "co-conspirador #24", descrito como "un alto directivo de la Conmebol, miembro nacional de la FIFA, así como funcionario de la FIFA", que tenía importantes conexiones con esas organizaciones y con empresas de mercadeo.

Hacia abril de 2010, la Conmebol firmó un contrato con una compañía llamada Full Play, a la que le otorgó todos los derechos de mercadeo y de transmisión de las ediciones 2015, 2019, 2023 de la Copa América así como de otros torneos internacionales.

Pero Traffic International, empresa que era vieja conocida de la Conmebol, la CONCACAF y la Unión Caribeña de Fútbol pues le habían otorgado en el pasado este tipo de contratos, demandó a la propia Conmebol en una corte del estado de Florida.

Alegaron que eran ellos quienes tenían los derechos de mercadeo y transmisión de la Copa América de 2015 así como la opción de retenerlos por los siguientes tres torneos.

Sin embargo, la demanda fue retirada en junio de 2013. Las empresas en disputa habían llegado a un acuerdo, maniobrado meses antes por el llamado "co-conspirador #24", cuya identidad no es revelada.

Este alto directivo se reunió con los representantes de Full Play y los dueños de Traffic International, el empresario argentino Hugo Jinkis y su hijo Mariano Jinkis así como con Alejandro Burzaco, también argentino y presidente de la empresa Torneos y Competencias, TyC, que se había asociado con Full Play.

"En las reuniones, las partes discutieron cómo resolver la demanda de Traffic que implicaría que Full Play y Torneos acordaran compartir los derechos comerciales con Traffic, a cambio de que ésta retirara la demanda y asumiera su parte de los costos que se generaran en virtud de la cesión de esos derechos", dice la resolución.

Específicamente, los representantes de las tres compañías acordaron crear una nueva empresa que obtendría y explotaría los derechos de la Copa América en 2015, 2019, 2023 y la Copa América Centenario de 2016 en Estados Unidos.

Esa nueva compañía fue bautizada como Datisa que, a la larga, fue la que pagó los sobornos.