En términos de baloncesto, Gary Joe Burgos ganó en la chicharra este domingo en Camarero.

La potranca importada Ethic Strike ganó este domingo por un pescuezo, luego de un empuje en la recta de la segunda carrera de Camarero, dándole a Burgos su primer triunfo como entrenador de caballos.

Burgos, quien jugó 15 temporadas en el Baloncesto Superior Nacional, celebró la victoria en el deporte que retomó durante la pandemia y agradeció a todos los que le han ayudado, incluido a su padre, el expelotero, director atlético y dueño de establo, Joe Burgos.

“Primero que todo, estoy bien agradecido con las personas que me han ayudado, como el entrenador Juan Ojeda, que ha sido un mentor. Estuve dos años en su cuadra aprendiendo. Y gracias también a Joe Bruno (narrador de carreras), que me orientó“, dijo Burgos.

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Ethic Strike llegó a tiempo en la meta con Omix Adorno para superar a Feisty Sara en la llegada. Entró a la recta tercera, a dos cuerpos de Feisty Sara y Convidada en la carrera a 1,400 metros.

Burgos esperar correr nuevamente a Ethic Strike en marzo, en el clásico Defensora.

Fue la quinta presentación de Burgos como entrenador, tres de esas son Ethic Strike para el establo Benvenutti.

Burgos dijo que regresó al hipismo en la pandemia del COVID-19, cuando casi toda la actividad de baloncesto se detuvo. Su último trabajo en el baloncesto fue en el 2019, como asistente de David Rosario en los Atléticos de San Germán. Junto a Rosario también había trabajado en el baloncesto de Panamá.

Hubiese querido reingresar antes, pero su padre le orientó a esperar.

“Siempre lo tenía presente. Había poca disponbilidad en el baloncesto durante la pandemia; lo único que había era la burbuja del BSN, y lo único que se podía hacer a tiempo completo eran carreras de caballo”, recordó.

Burgos se inscribió en la escuela hípica en el curso de entrenadores y sacó licencia para la temporada 2023. Su primera presentación fue el 1 de enero con Ethic Strike en el clásico Jetset Jet. La potranca llegó segunda.

Burgos aclara que regresó a la hípica en la pandemia porque conocía previamente la industria de la mano de su padre, que lo llevaba a las carreras de niño y de joven.

Ahora hijo y padre están trabajando juntos nuevamente, como cuando el padre era el director atlético de la Universidad Sagrado Corazón y el hijo era el dirigente del equipo de baloncesto.

En Camarero, el padre es el supervisor de sus ejemplares.

“Papi es parte del equipo de trabajo; me da la mano; está de supervisor, ayudándome con los caballos. Eso lo ha mantenido activo y estamos formando un equipo”, dijo.