Santiago. Algunas llaves de los departamentos de la Villa Panamericana fueron entregadas sin tener identificadas su número de habitación. Trabajos apurados de pintura y limpieza en los alrededores del Estadio Nacional. Una baja en el nivel de agua en la piscina de clavados.

Chile mantenía una carrera contrarreloj para tenerlo todo listo para inaugurar el viernes los Juegos Panamericanos, la cita deportiva más trascendental que se escenifica en el país desde la Copa Mundial de fútbol de 1962.

Los organizadores ponían buena cara ante los últimos inconvenientes en un proyecto que se calcula oscila entre los $500 y $700 millones.

“No tiene mayor importancia. Es una anécdota, no de las mejores, pero que a la larga va a generar chistes”, sostuvo Harold Mayne-Nicholls, el director ejecutivo de Santiago 2023, sobre los contratiempos con las llaves y el descenso de agua.

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“En todos los Juegos de la historia ha habido problemas. No es un tema nuevo. Cuando detectamos esas cosas se trabaja, se arregla y se sigue”, añadió.

Después de dos fallidos intentos, Chile finalmente recibe unos Panamericanos — la justa multideportiva más grande del continente que se realiza cada cuatro años y que se disputan en el año previo a los Juegos Olímpicos.

Bajo la dictadura de Augusto Pinochet, el país resignó la sede dos veces — en 1975 y 1988 — por problemas económicos y políticos. Además, Chile perdió ampliamente ante Lima cuando pugnaron para ser anfitriona en 2019.

La inminente inauguración de los Panamericanos coincidió con el el cuarto aniversario de un violento estallido social que dejó un saldo de 30 personas muertas y miles de heridos. El gobierno del presidente Gabriel Boric desplegó en las calles a 5,000 policías — 3,000 en la capital y el resto en ciudades del interior — para controlar el orden público en prevención de posibles desórdenes.

El dispositivo de seguridad para los Panamericanos será similar, además de una movilización de 17.000 voluntarios.

“Nos ha tocado pasar por momentos difíciles, dos años con la pandemia y la cuarentena. Pero puedo decir que estamos listos”, dijo Neven Ilic, el presidente chileno de Panam Sports. “Tenemos una infraestructura maravillosa”.

Aproximadamente 7,000 deportistas de 41 países y territorios competirán durante dos semanas. Tendrán el estímulo de disputar un centenar de plazas directas para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Veinte deportes, incluyendo la gimnasia, boxeo y natación, repartirán boletos a París. En otra media docena de deportes se podrán sumar puntos para los rankings clasificatorios o alcanzar marcar mínimas clasificatorias.

Como es habitual, los Panamericanos tendrán una encendida lucha para escoltar a Estados Unidos en el cuadro de medallas. Canadá y Brasil quieren subir, al igual que México y Colombia.

Menguada por la crisis económica que agobia a la isla, Cuba presagia un retroceso. Ariel Sainz, presidente del Instituto Nacional de Deportes de Cuba, apuntó que lo más posible es sumar entre 18 y 22 títulos. Cuba llegó a estar al menos segunda en cada edición de los Panamericanos entre 1971 y 2011, quedando primera cuando fue anfitrión en 1991.

Aunque sin nombres de prestigio mundial, la delegación estadounidense en Chile cuenta con 32 medallistas olímpicos dentro de un equipo de 631 deportistas.

Brasil y Canadá sí pueden presumir con campeonas olímpicas. La gimnasta brasileña Rebeca Andrade — campeona del salto con potro en los Juegos de Tokio 2020 — acaba de revalidar su título mundial en el aparato en Amberes. La nadadora canadiense Maggie Mac Neil, oro olímpico en los 100 mariposa de Tokio, debutará en la justa continental.

Otro que se estrenará en unos Panamericanos es el ciclista profesional ecuatoriano Richard Carapaz, campeón del Giro de Italia 2019 y ganador del oro olímpico en la carrera de ruta de Tokio.

México buscará sacar rédito de su potente equipo de clavados, tercero en el reciente Mundial de Fukuoka con cuatro medallas de plata y dos de bronce. Ya fueron primeros en Lima 2019, por encima de Canadá y Estados Unidos.

A tono con la línea que marca el Comité Olímpico Internacional, los Juegos Panamericanos también buscan llegar a una audiencia más joven. El breaking, la escalada deportiva y el skateboarding debutan en el programa. Los últimos dos deportes se estrenaron como olímpicos en Tokio y el breaking debutará el año próximo en París.

La ceremonia de apertura se realizará el viernes en el Estadio Nacional, con capacidad para 47,000 personas. A su alrededor hay seis nuevas instalaciones para 30 disciplinas.

Inaugurado en 1938, el Estadio Nacional recibió su primer gran evento deportivo en 1962, cuando Brasil derrotó, 3-1m a Checoslovaquia para conquistar la segunda de sus cinco Copas Mundiales de fútbol.

Once años después, el estadio se convirtió en un sitio de horror al ser el mayor centro de detención y torturas durante los primeros meses de la dictadura de Pinochet tras el golpe que derrocó al presidente Salvador Allende.