Mente sana, cuerpo sano.

Esa es la doctrina que motivó Joharys Guadalupe emprender una iniciativa que eventualmente se convirtió en un apasionante movimiento que ha sido beneficioso para los residentes de Toa Baja.

Guadalupe se sentía intranquilo por las constantes imágenes de personas en sobrepeso. Sabía que quedarse de brazos cruzados no era una opción. En el 2013 nació la idea usar sus talentos como instructor de zumba para motivar a aquellos usaban la pista atlética Marie Lande Mathieu en Levittown para ejercitarse.

Al principio el grupo era reducido, pero en poco tiempo fue creciendo a medida que se regaba la voz. La cifra alcanzó los 300 participantes. Aunque tuvo una merma debido al huracán María de 2017 y, luego, por la pandemia del virus COVID-19, Revolución X continúa vivo.

“Comencé este proyecto porque veía mucha obesidad en mi pueblo, demasiada gente que necesitaba hacer ejercicios para obtener una mejor condición de vida. Enseguida pensé en hacer algo diferente en la pista de Levittown que es el nuevo aeróbico que le llaman zumba. Comenzamos con dos o tres personas y jamás pensé que iba a llegar tanta que le gustara lo que estamos haciendo”, compartió Guadalupe.

El instructor mencionó que algunos participantes han experimentado reducciones en los niveles de tensiones, angustias y fatiga, además de bajar de peso.

“Unos tenían que tomar insulina, pero ya no porque ahora el cuerpo la produce gracias a los ejercicios. Otros tenían unas condiciones que se han minimizado gracias a los ejercicios. Es un proyecto es importante para que pueden lograr una mejor calidad de vida”, recalcó.

Guadalupe está convencido que está respondiendo a un llamado para el bien de la comunidad.

Joharys Guadalupe le inyecta energía a las sesiones de zumba en la pista de Levittown.
Joharys Guadalupe le inyecta energía a las sesiones de zumba en la pista de Levittown. (Alexis Cedeño)

“En Puerto Rico somos cerca de 500 instructores y compartimos el mismo fin. Que la gente tenga salud, bajen de peso. Han venido personas con presión alta u otras condiciones médicas que eventualmente vieron disminuidas las necesidades de tomar medicamentos y, en algunos casos, los han eliminado”, dijo.

Luz Nereida Torres es una de tantas que se integró a Revolución X en el 2013, pero durante los pasados cuatro años estuvo ausente de las rutinas debido a que atendía a su madre que estaba delicada de salud.

“Regreso después de varios años porque mi mama estaba encamada. Ella falleció la semana pasada y quería que siguiera. Este grupo es único. Joharys es instructor que se entrega, se da a sus estudiantes y nos ayuda. Esto, para mí, es una terapia”, compartió.

Torres relató que aumentó de peso durante el periodo que estuvo cuidado a su madre y eso tuvo unos efectos en su estado de ánimo.

“No me cuidaba como debía. Mi cuerpo cambió porque no me ejercitaba. Me preocupaba más por atender a mi madre por encima de mí. Esta es la oportunidad de regresar para ponerme ‘fit’ porque me ayuda. Cuando uno alcanza cierta edad empiezan a llegar dolencias y esto (Zumba) ayuda en todas las áreas. Hacer esta clase trabaja todo el cuerpo”, agregó.

Guadalupe admite que Revolución X se transformó en algo más que un periodo de esparcimiento. El grupo se ha compenetrado al punto que se considera una familia extendida.

“Automáticamente que hacemos comunión el grupo se une, se complementa. Es algo mágico difícil de explicar”, concluyó.

Las sesiones son libres de costo, auspiciadas por el Municipio de Toa Baja, cuatro días a la semana (de lunes a jueves) de 6:30 a 7:30 p.m.