Cecilia Sopeña es una ciclista española que ha tomado una decisión de borrar todo su pasado digital debido a los numerosos comentarios negativos que ha recibido. Para quienes no lo saben, la joven se hizo famosa en la plataforma OnlyFans.

Ahora quiere darle un vuelco a su vida y dedicarse 100 por ciento al deporte, por lo que, con ayuda de sus abogados, ha iniciado una acción legal para borrar todo el contenido que exista sobre ella en internet.

“Este mensaje nace desde la verdad de lo que soy hoy. Desde la calma de una mujer que ya no necesita explicar nada, pero ha elegido poner en palabras sus límites. He iniciado una nueva etapa en mi vida: una etapa más consciente, más ordenada, más digna y profundamente coherente con quien he llegado a ser”, compartió.

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En el comunicado que compartió en su cuenta de Instagram, comentó que tiene derecho a proteger su imagen y que las leyes de su país la amparan.

“Tengo derecho a proteger mi imagen. Tengo derecho al olvido. En virtud del Artículo 17 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), he activado con mi equipo legal el derecho al olvido: el derecho a eliminar de Internet todo aquello que ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada”, explicó.

Exige respeto y que nadie use su imagen sin su permiso

La vida de Cecilia Sopeña cambió en el año 2022, cuando era profesora de matemáticas y compartía en sus redes sociales sus grandes pasiones, como lo es el ciclismo.

Su popularidad fue creciendo a tal punto que estas actividades pasaron a un segundo plano y decidió convertirse en modelo erótica y crear contenido para adultos en la plataforma OnlyFans.

Aunque fue un negocio muy beneficioso para ella, se cansó de producir ese tipo de contenido y ahora quiere dedicar su vida a hacer otras cosas, entre ellas retomar el ciclismo.

Por eso, aseguró que tomará acciones legales contra quienes difundan o almacenen sus contenidos digitales sin autorización.

“Cualquier contenido que esté siendo difundido, compartido o almacenado fuera de sus plataformas originales y privadas será motivo de acción legal inmediata. Esto incluye vídeos, imágenes, extractos y enlaces que estén fuera de contexto o filtrados sin consentimiento”, afirmó.

La española se cansó de todos los malos comentarios que recibe a diario a través de sus redes sociales y no está dispuesta a “tolerar” más ese tipo de situaciones.

“Ya no es tiempo de tolerar. Estoy en contacto con abogados y expertos en reputación digital. Y a partir de ahora, todo lo que circule fuera de lo autorizado, por mínimo que sea, entrará en un proceso judicial amparado por la ley. No es una amenaza. Es orden. Es protección”, argumentó.

Aunque aclaró que todavía no va a cerrar sus cuentas privadas debido a algunos contratos que tiene, sí manifestó que su contenido solo puede ser utilizado por personas autorizadas.

“No voy a cerrar mis cuentas privadas todavía. Algunas plataformas seguirán abiertas durante un tiempo por motivos de gestión fiscal y compromiso profesional. Pero, ya no representan mi identidad pública. Por eso, pido respeto y, especialmente, cuidado con lo que se difunde, se comparte o se nombra”, argumentó.

Aunque no se arrepiente del contenido que produjo durante muchos años, sí exige respeto, ya que es un ser humano como cualquier otro.

“Mi nombre merece ahora silencio, honor y dirección. No necesito ser entendida y quien quiera proyectar sobre mí juicios, etiquetas o desprecio, solo está revelando lo que lleva dentro. Cada crítica habla más del emisor que del destino”, afirmó.

Sabe que no es fácil borrar su pasado y, a pesar de que no se deja llevar por las críticas, está haciendo “lo correcto” al eliminar todo el contenido digital que subió durante años.

“Yo no necesito validación externa. Mi nueva libertad es poder decidir lo que ya no quiero. Y ya no quiero estar expuesta. Ya no quiero ser explicada. Ya no quiero ser interpretada. Mi historia ha sido intensa, pero mi presente es limpio. Y mi futuro (…) mío”, concluyó.