Mónica Puig no pudo evitar llorar y abrazar con emoción a las personas que la recibieron este domingo en la meta del Ironman 70.3 Puerto Rico, evento en el que consiguió superar sus expectativas al detener el reloj con tiempo cinco horas y 42 minutos (5:42:00) en una competencia que se caracterizó por el calor y el viento.

La otrora campeona olímpica -que completó su segundo medio Ironman- había establecido en una entrevista previa que su deseo era terminar el triatlón “en por lo menos cinco horas y 45 minutos”. De hecho, mejoró de forma significativa el crono que consiguió en la primera competencia de este tipo que hizo en Augusta, Georgia, el 29 de septiembre de 2023, y que cerró con tiempo de 6:31:27.

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Puig también tenía su mira puesta en conseguir un puesto para el Mundial del Ironman 70.3 de 2024, que se llevará a cabo en Taupo, Nueva Zelanda, del 14 al 15 de diciembre. La competencia en Puerto Rico otorga 30 pases para esa competencia. Los organizadores tenían pendiente hace ese anuncio más tarde el domingo.

“No sé que decir. Estoy tan y tan emocionada. Cuando empecé la corrida, iba a abandonar (la competencia) porque no me sentía bien en las piernas. La ruta en bicicleta fue muy difícil, pero seguí creyendo en mí y en lo que quería conseguir”, apuntó la medallista olímpica de oro en el torneo de tenis de Río 2016.

Monica Puig recibe con ternura a su esposo Nathan Rakitt, quien llegó a la meta casi unos 10 minutos después de ella.
Monica Puig recibe con ternura a su esposo Nathan Rakitt, quien llegó a la meta casi unos 10 minutos después de ella. (Stephanie Rojas Rodriguez)

“Es muy emocionante porque obviamente me empujé a lo máximo, pero de verdad, cuando ya encontré el paso a la milla número tres, como que ya ahí encajé un ritmo y me sentía perfecta y me dejé llevar del público, que es lo más importante, y logré la meta. Estoy superemocionada”, agregó mientras se secaba las lágrimas.

Puig reconoció que la fortaleza mental que desarrolló en sus años de atleta de alto rendimiento fueron clave para que no quitarse. Igualmente fue crucial el apoyo del público que en todo momento la avivó. Una muestra de esto fue su llegada a la meta, donde los voluntarios la recibieron con gritos mientras agitaban banderas de Puerto Rico.

La triatleta compartió que lo más difícil para ella fue la corrida en bicicleta -precisamente- por el factor viento.

El Ironman 70.3 está dividido en un primer tramo de natación en aguas abiertas a la distancia de 1.2 millas que se realizó en la Laguna del Condado. Le siguió una fase de ciclismo a 56 millas que los llevó de San Juan hasta Dorado, y culminó con una carrera pedestre de 13.1 millas por el Viejo San Juan.

Mónica Puig se emociona al cruzar la meta de lo que admitió fue una dura prueba, en donde, sin embargo, sacó fuerzas como lo hacía en el tenis, por al apoyo del público.
Mónica Puig se emociona al cruzar la meta de lo que admitió fue una dura prueba, en donde, sin embargo, sacó fuerzas como lo hacía en el tenis, por al apoyo del público. (Stephanie Rojas Rodriguez)

“Lo más difícil, honestamente, fue la bicicleta. La bicicleta fue muy dura. No por el pace, yo creo que fue difícil porque al final el viento estaba moviendo mucho la bicicleta, y tenía que controlarla bastante y quería tratar de mantener el pace”, comentó Puig. “Pero, después de eso, encontré mi ritmo y fui fuerte”, puntualizó la ahora comentarista de tenis para ESPN y Tennis Channel, que recibió a su esposo, Nathan Rakitt en la meta.

El hombre llegó después que ella con tiempo de 5:52:59.

Como el ave fénix

Puig compartió que se sintió muy bien con su nueva bicicleta, a la que bautizó como Fénix, el ave de la mitología griega que se regenera de las cenizas de su predecesor.

“En la bicicleta mejoré un montón. Así que estoy muy contenta porque amo mi bicicleta, no me falló en el día de hoy. Como la ave Fénix, por eso mi bicicleta se llama Fénix. Me despedí de mi carrera de tenis, pero ahora de las cenizas sube el fuego. Estoy aquí”, dijo.

“Yo creo que me he montado en esa bicicleta como cuatro o cinco veces. Me sentí bastante cómoda. Es una bicicleta increíble. Es un cohete, y me encanta”, agregó Puig, quien expuso que un momento dado sintió que estaba “volando”.