La foto que encabeza este artículo retoma vigencia este martes. La foto es del 2013.

En el podio aparecen la boricua Adriana Díaz en el puesto de medalla de plata y la china Manyu Wang en el bloque de medalla de oro. Le acompañan las medallistas de bronce.

Pues Díaz y Wang se miden por primera vez este martes desde un enfrentamiento del 2013 que produjo esta foto, obtenida por Primera Hora por cortesía del padre y entrenador de la boricua, Bladimir Díaz. La misma se originó en un torneo de categoría Cadetes (hasta 15 años) en China.

“Fue una gran sorpresa”, le puso de calce el entrenador Díaz a la foto.

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No fue para menos la sorpresa. Por la diferencia de físico solamente, la foto revelaba que la boricua Díaz ya daba destellos de ser un fenómeno irrumpiendo en un mundo dominado por atletas del continente asiático.

Adriana tenía entonces 13 años y Wang 14. La china le aventaja por una cabeza de estatura, al igual que las otros asiáticas que aparecen en la foto, incluyendo la taiwanesa Yu-Pen Lee a la que la boricua venció para adelantar a la final contra Wang.

Y la ventaja en físico no tiene que ver con el puesto en el podio en que aparecen las jugadoras porque otra foto de ese evento revela la misma diferencia con las jugadoras paradas en un mismo plano.

Adriana Díaz ganó medalla de plata en ese torneo. Perdió en la final a la actual campeona mundial, contra quien jugará un partido este martes en Singapur.
Adriana Díaz ganó medalla de plata en ese torneo. Perdió en la final a la actual campeona mundial, contra quien jugará un partido este martes en Singapur. (Suministrada)

Wang venció a Díaz 3-1 en el partido que estuvo empatado a 1-1.

Desde entontes, Díaz ha crecido a 5′4 de estatura y 21 años. Pero igualmente, Wang ha crecido también y hoy día mide 5′9 de estatura con 23 años.

La foto revela además a qué clase de jugadoras la boricua se tiene que enfrentar cuando llega a las rondas de octavos de final o cuartos de final en eventos internacionales, donde las asiáticas, sobre todo las chinas, predominan. De hecho, China ha ganado 14 campeonatos mundiales consecutivos en la modalidad individual, siendo el más reciente, precisamente, por Wang.

La china no solamente muestra un prototipo físico ideal para el tenis de mesa, sino que, según los que le han visto jugar, como Bladimir Díaz, Wang es una tenismesista completa en fundamentos, que le pega fuerte y variado con ambos lados de la raqueta, curtida en la escuela china.

Pero la foto también revela un dato a favor de la utuadeña: que la promesa que tomó fuerza en ese 2013 se ha concretado. Díaz no se quedó en el camino, sino todo lo contrario, ha ido en ascenso continuo.

En el 2013, Díaz era la clasificada 403 el mundo. En el 2016 entró entre las mejores 100. Y en el 2022 es la número 11. Ha ido escalando por el ranking y está a puntos de entrar en la elite del Top 10.

Hoy día, nueve años luego de esa foto, Díaz es la mejor jugadora del mundo fuera de la zona asiática y vuelve a retar las chinas en el principal escenario de tenis de mesa, en una ronda de octavo de final de un evento categoría Smash, que es el equivalemente a los grand slams del tenis de campo.